La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió hoy que la dexametasona solo debe utilizarse en pacientes críticos, no como fármaco para evitar el contagio.
El medicamento fue el primer antiinflamatorio que demostró reducir el riesgo de muerte por COVID-19, de acuerdo a un estudio británico.
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"Es especialmente importante subrayar que hay que usarlo con supervisión médica, no es un fármaco para casos leves ni puede tener uso profiláctico, es un antiinflamatorio muy potente", aclaró el alto funcionario de la OMS, Mike Ryan.
El experto explicó que la dexametasona facilita el acceso al oxígeno del paciente ventilado o intubado, "pero no es un tratamiento en sí mismo"
Ryan subrayó que el descubrimiento es "un gran paso hacia adelante, pero se necesitan más en esta lucha" según informó EFE.
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"No es el momento de correr y cambiar las prácticas clínicas de forma apresurada", aseguró Ryan, quien recalcó que tendrán que continuar las investigaciones para determinar las dosis adecuadas.
La Universidad de Oxford publicó el martes estudios en los que se indica que la dexametasona redujo en hasta un tercio la mortalidad de pacientes intubados con respiradores y en un quinto la de los que necesitaron oxígeno.