Y ahora, una cosa más de la que hay que cuidarse: cómo se tira la cadena después de ir al baño. Científicos descubrieron que, además de evacuar el contenido del inodoro, al descargar el agua puede generarse una nube de microgotas de aerosol que pueden elevarse hasta casi un metro.
El problema, además de la contaminación de las superficies, es que dichas microgotas pueden quedar en el aire el tiempo suficiente para ser inhaladas por alguna otra persona que ocupe ese lugar.
se ha comprobado que puede transportar partículas infecciosas de coronavirus que ya están presentes en el aire circundante
Esta estela de partículas que emana el inodoro cuando bajamos el agua no solo es asquerosa. En simulaciones, se ha comprobado que puede transportar partículas infecciosas de coronavirus que ya están presentes en el aire circundante o están recientemente vertidas en las heces de una persona. La investigación, publicada el 16 de junio en la revista Physics of Fluids, se suma a las crecientes pruebas de que el coronavirus puede transmitirse no solo a través de microgotas respiratorias, sino también a través de excrementos cargados con virus.
Investigadores han encontrado partículas virales factibles en las heces de los pacientes, así como rastros de ARN viral en las tazas de los inodoros y lavamanos de sus salas de aislamiento hospitalario. Sin embargo, experimentos de laboratorio han sugerido que ese material podría ser menos propenso a ser infeccioso comparado con el virus expulsado a través de la tos.
Los inodoros de uso público
Una simulación computarizada del mecanismo de descarga del inodoro reveló que cuando el agua cae hacia el retrete y genera un remolino, desplaza el aire en la taza. Esos remolinos se mueven hacia arriba y la fuerza centrífuga expulsa hacia afuera alrededor de 6000 microgotas y partículas de aerosol incluso más pequeñas.
Dependiendo del número de entradas en el inodoro, la descarga puede forzar a que del 40 al 60 por ciento de los aerosoles producidos floten mucho más arriba del asiento.
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A medida que las ciudades alrededor del mundo transitan por la reapertura de restaurantes, oficinas y otros negocios, cada vez más personas también necesitarán utilizar baños públicos o compartidos. Pero si bien los restaurantes pueden servir al aire libre y los empleados de una oficina pueden estar espaciados, a las personas se les puede hacer difícil practicar el distanciamiento social en baños pequeños.
Las partículas de aerosol pueden permanecer en inodoros de uso particular, y los baños, con frecuencia, son espacios mal ventilados, lo que puede incrementar el riesgo de exposición a la infección. Los usuarios también tienen que considerar el riesgo de tocar superficies de alto contacto, como picaportes y grifos.
Sin embargo, los investigadores no saben cuánta cantidad de virus infeccioso se encuentra en los aerosoles o si personas con casos más graves de COVID-19 emitieron más virus que pacientes con enfermedades leves, afirmó.
“Cierra primero la tapa y luego activa el proceso de descarga”
Cómo prevenirlo
Por suerte, las personas pueden prevenir fácilmente la propagación de infecciones de la estela de partículas que emana el inodoro cuando bajamos el agua.
“Cierra primero la tapa y luego activa el proceso de descarga”, afirmó Wang, quien reconoce que eso no siempre es posible en baños públicos.
También hay que lavarse las manos con frecuencia y a fondo, especialmente si estamos usando un baño compartido con un inodoro que no tiene tapa o cuyo proceso de descarga se activa de forma automática cuando nos ponemos de pie. Evita tocarte el rostro y déjate el cubrebocas puesto en el baño, ya que eso disminuirá cierta exposición al coronavirus.
Fuente: Infobae y c.2020 The New York Times Company