Se escucha normalmente que parejas viajan a distintas partes del mundo para convertirse en padres a través del sistema de subrogación de vientre. Sin embargo, se desconoce que puede realizarse también en país, sin tener que tomar un avión y con un costo muchísimo más accesible.
La primera subrogación en la Argentina se hizo en 2011 en Halitus Instituto Médico,
Si además lo necesitan, pueden recurrir a la donación de óvulos y espermatozoides que se realiza de modo anónimo. Finalmente, si lo desean, pueden elegir a la donante -en su mayoría de origen ucraniano- a través de catálogos donde pueden conocerla por fotos e interiorizarse sobre su vida personal.
El medio online Infobae entrevistó al especialista en fertilidad, Sergio Pasqualini (MN 39914), pionero en ese tema en el país. La primera subrogación en la Argentina se hizo en 2011 en Halitus Instituto Médico, entidad que fundó y dirige el Dr. Pasqualini.
-¿Cuáles son los cambios que ve ahora en los distintos tipos de familia y cómo es la subrogación de vientre en nuestro país?
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-Hace 15 años, una mujer que no se embarazaba iba al médico sola, porque el marido le decía que fuera al ginecólogo a ver qué le estaba pasando. Ahora viene la pareja y, si alguno de sus integrantes -heterosexuales u homosexuales- no puede venir, te piden disculpas. Hace 15 ó 20 años, el promedio de edad de las mujeres que venían a consultar era de 23 años. Hoy es de 37 ó 38 años. No solo cambió el tipo de familia, también cambió el deseo de tener hijos.
Pero lo que no cambió es el reloj biológico: la vida útil de los ovarios sigue siendo igual o quizás menor que hace 100 años, porque se le van agregando mutaciones por el paso del tiempo de manera muy lenta, además del medio ambiente, que afecta la parte reproductiva.
Uno llega a la frase “donde hay amor, hay familia” cuando ve las consultas de ahora y que antes eran impensadas, pero que son producto de los avances de la medicina. Antes, los hombres sólo podían adoptar pero, a medida que todas estas técnicas fueron apareciendo, pueden tener la oportunidad de tener un hijo biológico.
Hay parejas que buscan ese tipo de genética y hay catálogos donde pueden ver las fotos de las donantes.
También está el tema del turismo reproductivo, porque empezaron a aparecer leyes en distintos países que hacen que la gente se movilice para poder lograr su objetivo de acuerdo al problema que tiene. Las parejas también se movilizan por un tema económico y para poder llevar adelante el embarazo.
Los donantes aquí son anónimos. No obstante, nosotros también trabajamos con un banco de óvulos que está en Bélgica y todas las donantes son, por lo general, de Ucrania. Hay parejas que buscan ese tipo de genética y hay catálogos donde pueden ver las fotos de las donantes.
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Desde 2013, cuando un fallo de la justicia reconoció como padres a la pareja que tuvo la voluntad procreacional, tuvimos más de 55 nacidos por subrogación de vientre y el año pasado tuvimos 157 consultas por ese tema. Hay mucho interés hoy en la subrogación y mucha gente no lo hace en nuestro país porque desconocen que se puede hacer.
Con la pandemia, las personas que viajaron a Ucrania por subrogación tuvieron complicaciones para reunirse con sus hijos recién nacidos, ya que no se puede viajar. En China dejó de estar prohibido tener más de un hijo y ahora viajan a Ucrania, igual que los españoles, ya que en su país la subrogación está prohibida. Todo va cambiando de acuerdo a las circunstancias.
DESDE 2013, CUANDO LA JUSTICIA RECONOCIÓ COMO PADRES A LA PAREJA QUE TUVO LA VOLUNTAD PROCREACIONAL, TUVIMOS MÁS DE 55 NACIDOS POR SUBROGACIÓN DE VIENTRE
Valores
Los valores de la subrogación de un vientre en la Argentina son en pesos y hablamos de un monto equivalente a 10 mil dólares a valor oficial.
-En la Argentina hay muchos mitos con el tema de la subrogación de vientre, ¿por qué algunas parejas la hacen afuera y no aquí?
-Si un empresario muy viajado va al este de los Estados Unidos, la subrogación puede salir unos 120 mil dólares. En el oeste, unos 200 mil. Ahí hay un impedimento económico para la mayoría de las personas, al margen de que no todos saben moverse bien con un tema de salud lejos de su país. Lo que para uno es fácil, para otro es complicado. No es sólo el tema económico. Hay personas que van a Ucrania porque alguien se lo recomendó. Claro, los que recomiendan se basan en casos que anduvieron bien, que son muchos, pero no se conocen todas las historias ni las cosas que podrían pasar. Si uno hace la subrogación en su país, puede averiguar todo y estar mucho más tranquilo.
Un punto importante es cuando las parejas nos consultan sobre quién sería la mujer que llevaría el embarazo y ahí les decimos que es fundamental que le cuenten a su entorno cuáles son sus planes para poder concretar su deseo. Si el entorno no sabe que la pareja buscar subrogar un vientre, nadie les va a preguntar si necesitan que alguien les lleve adelante el embarazo.
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Si lo blanquean y lo hablan con naturalidad, seguro que alguien va a aparecer para ayudarlos desinteresadamente. Hasta puede ser que se ofrezca la persona menos pensada. Nosotros no salimos a buscar a la portadora pero, cuando las parejas llegan con ella, la evaluamos con una psicóloga y una asesora legal para ver si se puede avanzar o no.
El deseo de ser madre lleva a cosas que no dejan de sorprender, como pasar por 5 ó 6 in vitro. La subrogación tiene sus cosas, no es como hacer un in vitro, pero se puede hacer perfectamente por más que no haya una ley. El Código Civil brinda protección ya que se se incorporó la figura de la voluntad procreacional y que es la base para que el niño sea reconocido como hijo propio de una pareja, aunque el embarazo lo haya llevado adelante otra mujer.
Con esto de la pandemia, la Argentina pasó a ser un lugar súper interesante para tenerlo en cuenta.
Si el bebé nace en la ciudad de Buenos Aires no hace falta ir a un juzgado. Directamente, se va a anotarlo al Registro Civil con un consentimiento de más de 27 páginas armado por nosotros y que se firma frente a un escribano, donde están todas las partes con sus representantes legales. Si nace fuera de la Ciudad, después del nacimiento se puede ir ante el juez o, también, ir a pedir permiso antes. Nosotros recomendamos la primera opción.
No hay una ley que lo reglamente, pero tampoco hay una ley que lo prohíba. Así que todo lo que no está prohibido se puede hacer, solo hay que manejarse como corresponde y con un buen asesoramiento para evitar situaciones adversas. Con esto de la pandemia, la Argentina pasó a ser un lugar súper interesante para tenerlo en cuenta.
Fuente: Infobae