Al cumplir los primeros tres meses de gestión, el gobierno municipal realizó un balance estadístico sobre los operativos de control realizados sobre comercios que venden o elaboran alimentos, donde se alcanzó la cifra de 6.728 kilos decomisados por diferentes irregularidades. Además hubo dos clausuras, muchos emplazamientos y notificaciones.
La secretaria de Control Urbano, Silvia Rocha, indicó que desde el área de Seguridad Alimentaria (ex Bromatología) se efectuaron controles de rutina y otros surgieron desde Inspección General por renovación de habilitación.
Rocha explicó que desde el Municipio “vamos con la intención de controlar pero también de asesorar y educar, porque entendemos que la existencia de tanto alimento decomisado guarda relación con la falta de capacitación que necesita la gente que manipula productos alimenticios”.
Por eso, además de los controles, se implementó el carnet de manipulador de alimentos, que reemplaza a la libreta sanitaria: “En este contexto, al participar del dictado de los cursos, muchas personas adquieren un conocimiento básico para poder ejercer la actividad”.