Miguel Russo (Boca) y Marcelo Gallardo (River) están ante el desafío más difícil en los dos colosos del fútbol argentino. Y ni hablar del resto que dispone de menos recursos: Sebastián Beccacece (Racing), Néstor Gorosito (Tigre) y Hernán Crespo (Defensa y Justicia).
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Según la publicación de La Mañana Neuquen, la diferencia es que el Xeneize y el Millonario tienen mayores responsabilidades y el cartel de candidatos. No podrían permitirse un papelón en la Copa, nadie se los perdonaría, mientras que con el resto quizás sí existan mayores contemplaciones.
Lo cierto es que si la Conmebol no cede y el torneo empieza el 15 de septiembre, los entrenadores estarán ante un verdadero problemón a dos meses del reinicio y con fecha incierta en nuestro país de retorno a los entrenamientos siquiera. Encima, para el juego de presión en toda la cancha de Gallardo y del estilo de entrega que siempre caracterizó a Boca, la preparación física es clave. Y en la edición de ayer ya quedó claro en la opinión de dos profesores de enorme trayectoria, como Fernando Signorini y Gerardo Salorio, que es inviable volver con 15 días o un mes de antelación.
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“Mínimo 40 días”, coincidieron. ¿Entonces, qué pueden hacer? Están atados de pies y manos, impotentes, con sus jugadores trabajando vía zoom desde sus casas. Por ello, Gallardo pataleó hace un tiempo para que les permitan practicar. Sabía la que se le venía. Y Russo ni siquiera puede disfrutar de la continuidad de Tevez, Zárate y Soldano. El lamento porque se cayó lo de Centurión (va a Vélez) fue ínfimo en comparación con la preocupación que le genera la incertidumbre.
En todo caso, más que nunca deberán demostrar sus capacidades, cintura y muñeca para capear el temporal y encontrar respuestas donde hoy no las hay.
El reclamo formal
Boca, River, Tigre y Defensa y Justicia, cuatro de los cinco equipos que representan a la Argentina en la Libertadores, pidieron a la AFA que interceda ante Conmebol para lograr un retraso en la fecha de retorno a la competencia.