El fiscal Ariel Rivas no pedirá la prisión preventiva de Jorge Ríos, el jubilado que mató a uno de los cinco delincuentes que entraron a su casa a robarle en el partido de Quilmes. Si bien el hombre seguirá procesado por homicidio agravado por uso de arma, no continuará bajo arresto.
Tras el planteo del fiscal, el jubilado será excarcelado y seguirá el proceso penal sin ninguna medida restrictiva de la libertad. Si no logra el sobreseimiento, la defensa pedirá ir a un juicio por jurados.
Ahora, el juez Martin Nolfi deberá elegir otro mecanismo menos gravoso que la prisión domiciliaria para asegurarse que Ríos se ajuste al proceso penal sin necesidad de una medida restrictiva de su libertad.
En el día de ayer, Ríos declaró estar viviendo una pesadilla y haberlo perdido todo: "Estas son cosas que yo no me imaginé nunca que las podía pasar, tener a esa gente adentro de mi casa", confesó.
"Mis hijos se han puesto esto al hombro junto a los abogados y ese es mi pesar porque creo que los metí en un brete por una situación que yo no busqué. Yo estaba tranquilo en mi casa y me encuentro con este panorama. Sé que se han movilizado en todos lados porque ¿quién no fue asaltado? A mí me torturaron", sostuvo.
"Yo creí que mataban. Me arrastró uno de ellos y el otro rajó enseguida. Me arrastró por el piso, luchamos, irrumpió en la cocina de mi casa. Uno se siente vulnerado por todos lados. Salí, no loco ni ninguna cosa por el estilo porque tengo problemas motrices, me acerqué a ver y creo que dijo 'Te la voy a poner' o un cosa así, y después se me entró a nublar la vista. Entré en una situación que no la puedo describir", aseguró.
"Yo estaba luchando con este muchacho y vi que tenía algo que brillaba, que no era un cuchillo pero era largo. No se lo deseo esto a nadie, yo pensé que me la clavaba. Empezamos a forcejear me tiró al medio del cantero y me arrastró. Me levanté y me dio un manotazo que me hizo caer otra vez, después salto un tapial y fue a la casa de mi comadre y ahí me volví loco porque pensé que la iban a agarrar", continuó.
Ríos relató que, tras abandonar su casa, el delincuente se dirigió a la vivienda de su vecina, por lo que decidió ir a buscarlo: "Tirate al piso, tírate al piso, que no te quiero tirar", le advirtió Ríos al ladrón que rápidamente cruzó a la casa de su vecina. "Ahí me volví loco porque entré a los gritos. '¡Comadre, se te meten adentro, encerrate!"... Cuando me asomé por el tapial, que hay como un cantero, lo vi que estaba trepando el techo por una enredadera y yo, iluso, le dije: 'parate, parate'... Tiré como tres o cuatro tiros para el lado ese, sin apuntar, era de noche, y yo estaba casi ciego", añadió.
Sobre lo que siguió después, cuando las cámaras de seguridad muestran al ladrón en el piso, señaló: "Fue todo tan confuso. Hay cosas que no quiero contestar porque se me hace una nebulosa en la cabeza y no me puedo acordar bien". "Yo no llamé a la Policía, lo llamé a mi hijo y dejé que se encargue él", detalló el jubilado.
Ríos sostuvo que en ese momento sintió que corría riesgo y que era su vida o la del delincuente. "No puedo volver a mi casa, y ahora la pesadilla es mucho más grande porque esta gente vive a tres cuadras de mi casa. Me cagaron la vida, perdí todo, mis amistades, mi barrio y mi casa", remarcó cuando aún cumplía arresto domiciliario.