Luego del anuncio del presidente Alberto Fernández sobre el plan de intervención de Vicentin, el Gobierno buscaría resolverla compleja situación de IMPSA, empresa dedicada a los sectores hidroeléctrico y nuclear, con gran presencia en obras relacionadas directamente con el Estado Nacional, como Yacyretá e YPF.
La compañía se encontraría en una compleja situación, por lo que, semanas atrás mantuvo un primer acercamiento con el equipo del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas para encontrar una solución a la grave crisis.
Si bien aún se desconoce cuál sería el mecanismo de rescate de la firma mendocina, de no encontrar una salida, se pondría en peligro su continuidad. El déficit de IMPSA ascendería a unos 550 millones de dólares.
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La búsqueda de ayuda por parte de la empresa en dirección al Gobierno tiene dos ejes. Por un lado, porque como consecuencia del alto nivel de endeudamiento que muestra hoy, es imposible que un banco lo considere apto para tomar un préstamo.
El otro eje por el que se acudió a Desarrollo Productivo es porque el Estado es uno de los dueños de IMPSA, a través del Banco Nación y el banco BICE. Ambas entidades son parte de la empresa mediante uno de los deicomisos que se conformó como parte del acuerdo con acreedores acordado tras la fuerte crisis que la empresa debió afrontar al salir al rescate de hoy desaparecida WPE, del mismo conglomerado y con operaciones en Brasil. IMPSA –que por ese entonces estaba en manos de la familia Pescarmona- debió salir a su rescate con u$s 850 millones, golpe del que nunca se repuso.
La intención, a priori, sería resolver la incorporación de capital de trabajo, para luego reestructurarla deuda.