María Eugenia Iribarren, la nueva fiscal regional que reemplazó al desplazado y detenido Patricio Serjal prometió “reforzar los sistemas de control” para recuperar la confianza interna y de los rosarinos.
Iribarren, aseguró que asume en “una situación crítica en donde hay que transmitirle confianza tanto a los fiscales como a la gente” para “salir de esta coyuntura de crisis institucional”.
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La jefa de los fiscales de la Segunda Circunscripción del Ministerio Público de la Acusación (MPA) señaló que trabajará para un "control interno que dé seguridad" al sistema. Así como también mejorar “el contacto con la gente, que todos puedan tener un acceso más visible con los fiscales y que puedan ver su trabajo”.
“Los fiscales trabajan muchísimo. El nivel de criminalidad de la región es muy alta y la cantidad de recursos es muy poca, en relación a esa criminalidad. Hay que reorganizar ese trabajo, que se vea y se transmita”, abundó en rueda de prensa.
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Iribarren aclaró que en su nuevo rol ya no será acusadora en el caso Serjal (tarea de los otros fiscales del caso) pero sí realizará un “seguimiento”.
"Hay lineamientos claros desde la Fiscalía General que hay que replantearlos y trabajar en conjunto, para profundizar y actualizar políticas de persecución, sistemas de control, dentro de la propia Fiscalia y ordenar lo que es el trabajo de los fiscales”, sostuvo.
Puntualizó como necesario “reestructurar muchas unidades fiscales para que el trabajo sea más productivo y eficiente. Y hacer un entrecruzamiento de hechos que quedan sin investigarse como corresponde”.
En síntesis, adelantó “muchos cambios” que ya están “planificando” con el nuevo equipo para cambiar la imagen que dejó el escándalo en Fiscalía de Rosario.