El intendente macrista de Avellaneda, Dionisio Scarpín, que confirmó poseer COVID-19 después de promover y participar en la marcha opositora del 17A, contagió a cuatro integrantes de su familia.
Su hijo de 9 años, la niñera del niño, su cuñada y cuñado, que viven en Reconquista, dieron positivo en las últimas horas, mientras se espera el resultado del análisis de la esposa del funcionario que también participó en la protesta del lunes, sin barbijo y sin respetar la distancia social.
El viernes, la Federación de Trabajadores Municipales de la provincia (FESTRAM), le reclamó al gobernador Omar Perotti, a la Legislatura santafesina y el Ministerio Público de la Acusación que adopten las “medidas pertinentes” contra Scarpín, ante una supuesta “violación de sus deberes como funcionario público” al promover “marchas y concentraciones” con fines opuestos a la defensa “de la salud y la vida”.
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“No es posible que las autoridades con responsabilidad institucional para la aplicación de los protocolos sanitarios, los violenten poniendo en grave riesgo a los trabajadores/as y a la comunidad en general”, consideraron desde FESTRAM.
Ayer, el Sindicato de Trabajadores Municipales exigió extender el asueto “hasta tanto se conozcan los hisopados de todos los contactos estrecho del intendente”, luego del intento de Scarpín de reabrir la sede del municipio, cerrada desde el jueves.
El consejo ejecutivo del Partido Justicialista del departamento General Obligado le pidió a Scarpín y al senador Marcón que se hagan “responsables” por sus conductas, pidan disculpas y renuncien a sus cargos al frente de los comités de crisis de Avellaneda, el primero, y del departamento General Obligado, el segundo.