El default de Vicentin se convirtió en una cuestión de Estado para Holanda porque la agroexportadora argentina acumula una deuda superior a los u$s245 millones con los principales bancos (Rabo, ING, ABN Amro y la agencia gubernamental FMO) de ese país europeo.
En los últimos días, el tema llegó a los principales titulares del diario holandés Het Financieele Dagblad. La prensa detalló que la situación de la firma con sede en Avellaneda, preocupa a la totalidad de la banca holandesa y particularmente al Estado por la alta exposición con la que quedó el FMO.
En rigor, Rabobank tiene deudas por cobrar con Vicentin por u$s23 millones, ING por u$s71,9 millones y el FMO le prestó u$s150 millones, de los cuales u$s45 millones son de la propia FMO y u$s105 millones de otros inversores y bancos.
“El Estado holandés es el accionista mayoritario de FMO con el 51 por ciento, por lo que correría el riesgo de perder millones de no cobrarse los préstamos a la empresa argentina”, señaló la prensa europea.
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Lo cierto es que el Estado holandés sigue de cerca el default de Vicentin desde el día cero. En este marco, el embajador de Holanda en la Argentina, Roel Nieuwenkamp, se reunió con el Gobierno luego de que se anunciara la intervención de la firma que finalmente no prosperó.
Además, según detallaron en el sector financiero, Holanda fue uno de los promotores, a través del FMO, en la conformación del comité de bancos internacionales y las sucesivas presentaciones que se realizaron en la Justicia de Estados Unidos para indagar sobre posible fraude de los dueños de Vicentin.
Finalmente, otro escenario que se abrió a partir de la alta exposición de los bancos holandeses en la firma argentina es que justamente este grupo de entidades se encuentra entre los principales prestamistas del sector agroexportador local. Este pésimo antecedente podría generar incluso que se recorte el crédito para otras empresas del sector.