La economía argentina mantuvo los niveles de "recuperación" que registró desde mayo, motivo por el que la industria requirió "un 70 por ciento menos de ayuda" del programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) en agosto.
Así se desprende del informe de septiembre del Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI), en el que se indica que "el ATP -que en sus primeras cuatro rondas benefició al menos una vez a 338.000 firmas del sector privado- registró una caída sistemática tanto en la cantidad de empresas inscriptas, como en la cantidad de empresas aprobadas y en el monto erogado».
Según indicó Presidencia en un comunicado, "en la primera ronda, el Estado gastó casi $50.000 millones para el pago de salarios, pero tanto en la cuarta como en la quinta ronda (en proceso de pago) las cifras de la asistencia son de alrededor de la mitad".
"Los sectores donde más se redujo el monto de la asistencia salarial vía ATP fueron la industria (- 70 por ciento entre la primera y la cuarta ronda) y el comercio (-62 por ciento), que pasaron de explicar alrededor del 50 por ciento del gasto en ATP en la primera ronda al 33 por ciento en la cuarta ronda", detalló el Ejecutivo.
En ese marco, el informe precisó que "donde más se mantuvo la asistencia" es "en sectores como salud (en el cual si bien la facturación no fue tan afectada como en otros sectores, cuentan con el beneficio por su alta exposición al COVID-19, que es otro de los criterios para el acceso al programa), turismo, gastronomía, recreación y cultura".
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Además, afirmó que "la actividad económica continúa expandiéndose y normalizándose», y explicó que "algunos sectores alcanzaron niveles similares a los prepandemia, como el industrial y algunos indicadores del área de la construcción".
"La industria, medida con base en el consumo de energía que releva CAMMESA, aceleró su crecimiento (+4,9% intermensual desestacionalizado) y cerró agosto con valores cercanos a los previos a la pandemia", resaltó.
En ese sentido, detalló: "La estimación preliminar para el promedio de los 31 días comprendidos en agosto es de una caída interanual del 2,3 por ciento. Pero para el período comprendido entre el 10 de agosto y el 9 de septiembre, la baja se redujo al 0,6 por ciento interanual".
"La producción automotriz creció 21,2 por ciento mensual en agosto. Además, los despachos de cemento treparon 6 por ciento mensual en agosto (2,2 por ciento desestacionalizado), y así alcanzó el mayor nivel del año", indicó el estudio.
Por otra parte, aseguró que "existen realidades sectoriales muy heterogéneas", y amplió: "Hay mejora en la producción y en las expectativas en rubros como muebles, heladeras, lavarropas, cocinas, termotanques, griferías, materiales para la construcción, electrónicos, hilados, tejidos de punto, maquinaria agrícola, motos y bicicletas".
Por el contrario, "ramas como confecciones o aquellos proveedores de la industria hidrocarburífera (como tubos sin costura o bienes de capital para el sector) persisten en niveles reducidos de actividad".
En referencia al consumo de los argentinos, "se registraron profundos cambios en los hábitos de la población como efecto de la pandemia: los alimentos para consumo al interior del hogar, comunicaciones, salud, alquileres, expensas, servicios de la vivienda, artículos de limpieza, alimentos para mascotas o electrónica aumentaron su participación porcentual en el total de los gastos de una familia".
En tanto, actividades como el "turismo, transporte o gastronomía se redujeron sensiblemente o directamente desaparecieron".
El consumo de alimentos al interior del hogar, que antes de la pandemia explicaban el 25,3 por ciento los gastos de los hogares argentinos alcanzaron el 37,6 por ciento en abril y 33,1 por ciento en julio.
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También ganaron participación relativa en la estructura de consumos de los hogares los rubros como comunicaciones, salud, alquileres, expensas, servicios de la vivienda, artículos de limpieza, alimentos para mascotas, electrónica y seguros.
A la inversa, sectores como hoteles y restaurantes pasaron de explicar el 6,4 por ciento de los gastos de los hogares a apenas un 1,7 por ciento.
Por su parte, el transporte público pasó de dar cuenta del 3,6 por ciento del gasto de los hogares a apenas un 1,2 por ciento, en tanto que los gastos de mantenimiento del transporte privado (combustibles y reparaciones) retrajeron su participación en los gastos de las familias en 1,6 puntos porcentuales.
Por último, indicó que "se halló un denominador común en los rubros de consumo que más se reactivaron: la gran mayoría de ellos tienen que ver con la vida dentro del hogar o con los desafíos de movilidad que implica la pandemia".