Durante el 2019, la provincia duplicó el índice de asesinatos a nivel nacional, al registrar casi diez homicidios cada 10 mil habitantes. En los últimos seis años, entre enero de 2014 y agosto de 2020, se produjeron en todo Santa Fe, un total de 1.767 asesinatos, lo que significó un promedio de casi 300 muertes por año.
Los principales hechos, sin embargo, se suscitaron en el Departamento Rosario, con la ciudad cabecera como epicentro de violencia. Allí, la nueva ola de crímenes que irrumpió durante los primeros meses de este año, alcanzó el triste registro de una víctima fatal por día durante septiembre. En rigor, la acumulación de homicidios salvajes, parecieran concatenados unos con otros.
La disputa territorial por el mercado de drogas sería el nudo de la cuestión. Zona norte parece haber picado en punta en el último tiempo. A su vez, el efecto pandémico podría sugerir un agravamiento de la situación. El mercado ilegal se achicó junto a la circulación de dinero por las limitaciones económicas y sociales del aislamiento.
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Los especialistas aseguraron que la disputa entre bandas debería entenderse en el marco de la crisis económica. La pandemia generó un freno repentino, lo que desencadenó que el consumo de drogas disminuyera considerablemente, sumado a los controles estrictos sobre la circulación, que permitió un mayor número de incautaciones.
Frente a una demanda en alza y un circuito que se vió momentáneamente acotado, los grupos narcocriminales iniciaron una guerra atroz por la supremacía en los puntos más estratégicos de la ciudad.
Rosario, que al 1º de julio llevaba registrados un centenar exacto de asesinatos, casi dos meses y medio después contabilizó 140 crímenes, lo que marcó un aumento de la cantidad de homicidios. Desde el primer día de septiembre, Rosario padeció 17 crímenes, una lista que se fue engrosando con el correr de los días, pero donde solamente en las últimas 48 horas se produjo más de la mitad de ellos.
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En solo siete años y medio, desde 2013 a la mitad de 2020, en la ciudad de Rosario hubo 1.298 homicidios y 5.204 heridos de bala. El salto iniciado en 2013 implicó la duplicación de las tasas de homicidio que se habían dado hasta 2010.
Grupos criminales conocidos comenzaron a disputar con otros nuevos espacios del mercado de drogas. Se hicieron visibles con gran dinamismo fenómenos inauditos en muy poco tiempo. Diseminación de búnkeres, cárceles como lugar de planificación de atentados, chicos muy jóvenes actuando como sicarios, armas abundantes en un mercado negro robusto, ganancias ilícitas blanqueandose en la ciudad próspera y fuerzas de seguridad implicadas fueron las partes necesarias de un fenómeno al que este informe intenta acercarse.