La farmacéutica AstraZenca informó que un segundo voluntario mostró "síntomas neurológicos sin explicación" durante la tercera fase de los ensayos clínicos de la vacuna, que está desarrollándose en colaboración con la Universidad de Oxford. El primer paciente había sido detectado a principios de este mes y llevó a una interrupción del estudio.
En su informe, la empresa, con sede en Cambridge (Reino Unido), señaló que "una revisión independiente" determinó que en ambos casos "se consideró poco probable que estas enfermedades estuvieran asociadas con la vacuna, o bien que no había pruebas suficientes para decir con certeza que las enfermedades estaban relacionadas o no con la vacuna".
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En Reino Unido, Brasil, la India y Sudáfrica los ensayos se han reanudados, mientras en Estados Unidos siguen en pausa, según The New York Times. El medio asegura que esta vacuna experimental ya ha sido administrada a 18.000 personas en todo el mundo, aproximadamente.
El doctor Paul Offit, profesor de la Universidad de Pensilvania y miembro del comité asesor de vacunas de la Administración de Medicamentos y Alimentos de EE.UU., considera que no está claro cómo la empresa, o el Gobierno del Reino Unido, determinó que el segundo caso no estaba relacionado con la vacuna, informó el periódico neoyorquino.