La investigación de Sin Mordaza sobre la compra de aeronaves por parte de la gestión socialista derivó en varias líneas. Otra de ellas, sigue relacionada al nombre de Sergio Bendahan, el exfuncionario socialista que montó una empresa aeronáutica de dudosa existencia.
El nombre de Sergio Bendahan fue muy cuestionado cuando estuvo a cargo de la Dirección de Movilidad y Aeronáutica de la provincia de Santa Fe. Entre otras cosas, hay varios episodios muy llamativos relacionados con las personas que fueron elegidas para pilotear los helicópteros de la provincia.
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En su momento, aparecieron dos personas que eran ajenas a la aviación local. Uno de ellos es Diego Garriguez, sobrino político del entonces gobernador de la provincia de Santa Fe, Miguel Lifschitz. De esta manera, la orden que se conoció en ese momento fue que había que enseñarle a volar el helicóptero a Garriguez.
Una anécdota recordada por varios está relacionada con Garriguez. Es que en un viaje de traslado, mientras él era acompañante, pidió bajar en la ciudad de Esperanza. Ante la negativa del piloto (ya que todo tiene un plan de vuelo y no se puede descender en cualquier lugar), relució su dote de sobrino del gobernador y de esta manera el helicóptero tocó tierra en una plaza de dicha localidad.
Para ello, muchos recomendaron que este joven fuera al ámbito privado y tomara el curso, puesto que no podía sentarse en una unidad del Estado que vale casi 10 millones de dólares, por el tema de los seguros y porque sencillamente, las aeronaves trasladaban funcionarios provinciales.
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Asimismo, por esos días aparece quien era ministro de Gobierno, Pablo Farías, dando el nombre de otro joven que "tenía que volar" las aeronaves provinciales. Su nombre es Julián de Córdoba, hijo de un viejo dirigente socialista, Rafael de Córdoba, oriundo de San Javier, quien también aprendió a volar con la máquina del Estado.
Los costos
Según la investigación, estas dos personas tomaron el curso de piloto que fue pagado por el Estado provincial. Cabe destacar que este tipo de capacitación es muy cara y se paga en dólares. Según pudo averiguar Sin Mordaza, el curso para un helicóptero Biplaza Hugues 296, vale U$S 620 la hora y un Robinson 22 biplaza U$S 700. Y que para llegar a ser piloto comercial se necesitan alrededor de 240 horas de vuelo y 300 horas de vuelo para helicópteros.
Esos son los números que le costaron al Estado santafesino poner a dos personas, Garriguez y de Córdoba para que aprendieran a pilotear.
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Quien firmaba los papeles para que estas dos personas subieran a los helicópteros de la provincia y cursaran las horas correspondientes para aprender era Gustavo González, actual piloto de la gobernación de la provincia de Santa Fe. De esta manera, Garriguez y de Córdoba completaron sus horas para lograr ser pilotos, con plata del Estado provincial.
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