El miedo a contagiarse de coronavirus está alejando a la población de los controles médicos que, muchas veces, deberían ser habituales o de rutina por alguna patología específica.
la revista científica Nature afirma que, a nivel mundial, creció la cantidad de casos con complicaciones fatales en partos y el número de bebés muertos.
En el caso de las mujeres embarazadas, las cuarentenas estrictas y la expansión del COVID-19 complican la realización de los controles necesarios y eso tiene consecuencias alarmantes. Ahora, la revista científica Nature afirma que, a nivel mundial, creció la cantidad de casos con complicaciones fatales en los partos y el número de bebés muertos.
Los investigadores dicen que en algunos países, las mujeres embarazadas no completaron los cinco controles mínimos durante la gestación debido a las restricciones de circulación y las interrupciones en la atención médica. Y, debido a eso, probablemente se pasaron por alto las complicaciones que pueden llevar a la muerte fetal, asegura el artículo.
“En el Hospital Posadas, se duplicó la tasa de muerte fetal del uno al dos por ciento. Es por falta de control prenatal. Es el lado B de la pandemia”, informó al medio digital Con Bienestar el doctor Roberto Casale (M.N. 65.557), jefe del Servicio de Obstetricia.
Leer también: Embarazo y COVID-19: precauciones y recomendaciones
El mayor estudio científico realizado hasta la fecha sobre este tema fue publicado en la revista Lancet en agosto y analizó datos de 21.763 mujeres que dieron a luz en nueve hospitales de Nepal entre enero y mayo.
La investigación, liderada por el epidemiólogo Ashish K.C, de la universidad sueca de Uppsala, demostró que los partos de bebés fallecidos habían aumentado un 50 por ciento entre marzo y mayo pasados, con una suba fuerte durante los meses del gran aislamiento mundial.
“Lo que hemos hecho es provocar accidentalmente un aumento en los partos de fetos muertos al tratar de proteger a las mujeres embarazadas del COVID-19”, declaró a Nature, Jane Warland, una especialista en obstetricia de la Universidad de South Australia, en la ciudad de Adelaida.
“Lo que hemos hecho es provocar accidentalmente un aumento en los partos de fetos muertos al tratar de proteger a las mujeres embarazadas del COVID-19”, (Jane Warland, especialista en obstetricia - Universidad de South Australia)
En julio, otro estudio publicado en JAMA Network demostró esta misma tendencia durante la pandemia en el Reino Unido, concretamente en el hospital Saint George de Londres, donde los casos prácticamente se cuadruplicaron entre febrero y junio respecto a los tres meses anteriores.
Se trata, en cualquier caso, de un fenómeno aún poco estudiado y sobre el que se requerirán nuevas investigaciones que sirvan para confirmarlo y para dar una explicación más concreta de sus causas.
Fuente: Con Bienestar