Esta tarde, el presidente Alberto Fernández brindó el discurso inaugural de una reunión virtual con autoridades de la Pastoral Social de la ciudad de Buenos Aires, en donde se presentó el documento "Hacia una Cultura del Encuentro, un país para todos".
“Quienes nos sucederán no van a tener que vivir esta experiencia. La pandemia nos somete a desafíos que no esperábamos. Si alguien me preguntaba a mí si cuando pensé en ser presidente escribía los 1.000 problemas que debía enfrentar, estoy seguro de que no escribía la pandemia como un problema. Fue algo inesperado que nos sometió a un nivel de exigencias que nadie, ninguna generación previa a la nuestra, ha tenido que vivir”, expresó Fernández en el comienzo.
Leer también: Los crueles números de la pobreza en Rosario y Santa Fe
Y continuó: “Es la lucha por el cuidado del otro, por la supervivencia, por la protección del que peor está. Cuando asumimos el Gobierno la situación era de una dificultad enorme. Era una Argentina económicamente decadente. Una Argentina endeudada, con poca perspectiva a futuro. Aún así, con todo lo negativo que la pandemia conlleva, es una oportunidad. Nos permitió dejar al descubierto la debilidad del sistema económico del mundo. Un virus puede arrastrar a la economía del mundo como la arrastró”.
“Este desarrollo y este despliegue con los derivados financieros, que empezaron a mostrar su debilidad cuando explotó la burbuja hipotecaria en 2008, ha expresado su total debilidad en esta pandemia, que no pudo sostener el valor de los bonos y acciones del mundo. Hoy en Argentina supimos que 4 de cada 10 argentinos es pobre; y en eso tuvo mucho que ver la pandemia”, dijo el Presidente.
Leer también: La pobreza subió al 40,9 por ciento en el primer semestre del año en el país
“Nosotros hemos desplegado un montón de instrumentos para llegar a los más vulnerables, por eso cuando asumimos una consigna del Papa Francisco: primeros los últimos. Y esa lucha que empezamos el 10 de diciembre para tratar de que estén primeros los más postergados, definitivamente se vio complicada con la pandemia. Uno no lo advierte pero yo siempre marco un dato para que nos demos cuenta de la dimensión de la crisis: cuando pusimos el IFE en funcionamiento lo hicimos pensando que el IFE iba a alcanzar a 600 mil monotributistas y a dos millones que el Estado no tenía registrado. Y el número creció hasta descubrir que nueve millones de argentinos no estaban registrados. Uno de cada cuatro argentinos el Estado no sabía de su existencia”.
Leer también: El 56,3 por ciento de los menores de 14 años de la Argentina son pobres
Y remarcó: "Los resultados de la pobreza serían infinitamente más negativos si el Estado no hubiera auxiliado”.
“La pandemia demostró que esa lógica del individualismo no nos hace funcionar bien como sociedad. Esa idea de que nadie se salva solo nunca quedó tan expuesta, la certeza de esa afirmación, como con la pandemia. Los más postergados han padecido mucho más la pandemia", agregó.