La curva de contagios de Covid-19 sigue su parábola ascendente en Córdoba y el pico de casos se acerca peligrosamente a la antesala del verano. Con más de medio año acumulado de freno total, el sector turístico de Córdoba clama por una reapertura que los deje respirar y sobrevivir.
Y entre los reclamos, se cuela un interrogante: ¿es viable pensar en un verano que conviva con el virus? Desde el Ministerio de Turismo de la Nación insisten en que “habrá temporada”, aunque no aparezcan precisiones de cómo ni desde cuándo.
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Siguen siendo más expectativas que certezas que permitan planificar, tanto para los operadores turísticos como para los turistas que esperan poder salir. Este año, se presenta como una oportunidad única de potenciar el turismo interno, como una oportunidad más accesible y sanitariamente controlada; sin embargo las certezas son casi nulas.
La paradoja es que este año presenta un escenario atrayente para el turismo interno, ante la casi imposibilidad sanitaria y económica de vacacionar en el exterior. Pero el virus hace que no se sepa si esa oportunidad podrá ser capitalizada.
Variables
Oscar Santarelli es intendente de Villa General Belgrano, pero también es empresario turístico y fue presidente de la Agencia Córdoba Turismo hace dos décadas. Asegura que es clave imaginar de forma inmediata distintos escenarios posibles, en una mesa entre municipios turísticos y el gobierno provincial. Admite, también, que en el sector reina una fuerte incertidumbre. Villa General Belgrano cuenta con casi 200 establecimientos habilitados entre hoteles y cabañas , y cerca de 150 bares y restaurantes. Todos ruegan reabrir, aún con interrogantes.
Pero Santarelli reconoce que buena parte dependerá de la evolución de la pandemia: “Para poder recibir turistas, primero tenemos que estar sanos nosotros, no podríamos hacerlo si en diciembre o en enero tuviéramos 250 casos”, ejemplifica.
Además de esa curva del virus que debiera descender, otra variable será si los turistas se movilizarán. La curva de la situación económica también juega.
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Santarelli sostiene que convendrá promover el turismo de cercanía para dar confianza, y para que, dado un caso extremo, facilite los regresos con rapidez. “Protocolos de bioseguridad tenemos, pero hay que plantear los escenarios posibles”, insiste.
Estima que, si se quiere tener verano, a mediados de noviembre ya debería ensayarse alguna apertura, por ejemplo liberando los fines de semana.
Fuente: La Voz