El intendente Enrique Paduán, acompañado por el secretario de Cultura y Comunicación de la Municipalidad de Villa Ocampo, Guillermo Scarpín, hicieron entrega del reconocimiento "En Vida Hermano, En Vida" a Ambrosio Gauna. Es un vecino de la ciudad de 105 años de vida y se lo agasajó en un acto realizado en su propio domicilio del barrio FONAVI.
Larga vida
Nacido el 24 de agosto de 1915 en el paraje Villa Adela, siendo uno de los seis hijos de Tránsita Gauna, nacida en Corrientes, y Gregorio, oriundo de Paraguay. Su madre, además de ama de casa fue cocinera de la Escuela del Km.36; mientras que su padre realizaba tareas rurales en los campos de Comoli.
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En su adolescencia, Ambrosio conoció a una vecina del Km. 36, María Teresa Conti, con quien inició un noviazgo a escondidas. Luego de un año, decidió pedirles la mano a sus padres. Luego de su consentimiento decidieron ir a vivir juntos; para lo cual, solicitaron un terreno a su patrón para construir una vivienda. Como frutos de ese amor nacieron sus hijos, cuatro varones y cinco mujeres: Gloria, Eva, Hildo, Marta, Ester y Raúl (mellizos), Raquel, Omar y Oscar.
Después de unos años, y por cuestiones de trabajo, se mudaron a Ocampo Norte, en los terrenos de un amigo de Ambrosio. Posteriormente trasladarse a vivir a Rosario con su esposa e hijo menor. Cuando comenzó a tramitar su jubilación retornaron a Villa Ocampo, donde salieron sorteados para acceder a una vivienda del barrio FONAVI (donde reside actualmente).
Descendencia
Al haber formado familia su hijo menor, Ambrosio y su esposa decidieron dejarle esa casa y cambiaron de domicilio. A los 82 años, María fallece como consecuencia de una enfermedad. En estos momentos, con sus 105 años, Ambrosio vive en la casa de su hijo menor. Cuenta con una numerosa descendencia de siete hijos que residen en Villa Ocampo, Rosario y Buenos Aires (dos de ellos ya fallecidos), 37 nietos, 111 bisnietos y 36 tataranietos, los cuales una vez al año se reúnen para festejar su cumpleaños.
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Los familiares que viven en Villa Ocampo se juntan todos los domingos para almorzar y dar gracias a Dios por contar entre ellos con el eterno abuelo Gauna.