El plan era juntar a Diego Maradona con todos sus hijos el próximo viernes, cuando cumplirá sus 60 años. Pandemia mediante, y en medio de eternos conflictos e internas, aquello parece casi utópico.
Maradona se mudó en plena cuarentena a un country en Berisso para estar más cerca de su actividad laboral como director técnico de Gimnasia y Esgrima de La Plata. Cada mudanza suya significa compras de mobiliario y electrodomésticos. La hermana del abogado Matías Morla es la que se encarga de gastos y gestiones administrativas del ex jugador y nada se escatima en los traslados de vivienda.
Los días del “entorno Maradona” son un polvorín, entre quienes manejan su dinero y sus actividades. Todo depende del ánimo de Diego, que tiene vaivenes de carácter sostenidos. Su última aparición fue en la cancha de San Lorenzo, cuando se abrazó con Marcelo Tinelli.
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A los dos días se supo que un jugador de su plantel, Nicolás Contín, había dado positivo de COVID-19 y entonces hubo que aislar a Maradona y realizarle un hisopado en su casa, que dio “no detectable” y trajo tranquilidad. Desde entonces, el ex futbolista se ha mantenido otra vez lejos de todo con escasa actividad, y los problemas que no tardaron en llegar.
Un colaborador suyo, Charly -pareja de una prima del padre de Rocío Oliva-, terminó alejado del entorno ante un faltante de dinero en una caja fuerte de la habitación de Diego y un confuso episodio policial en el country donde vive, que nunca terminó de confirmarse.
El cruce de acusaciones entre quienes lo rodean apuntó contra Verónica Ojeda, la madre de su hijo Dieguito Fernando, quien otra vez está instalada en forma cotidiana en la vida del astro, como una revancha para sacar del medio a alguien cercano a Oliva, la otra ex de Diego. Así las cosas, con este panorama, se vivió el fin de semana pasado un nuevo episodio controversial que tiró por la ventana los planes -hasta ahora- de un gran festejo el 30 de octubre, cuando Maradona cumpla 60 años.
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El sábado 17 estaban en su vivienda sus hijas Gianinna -que había ido de visita- y Jana -más presente, se queda a dormir allí-, su ex Verónica Ojeda con su hijo Dieguito Fernando, y los habituales colaboradores del Diez. En un momento Maradona quiso tomar vino -según cuentan los presentes-, hecho que desencadenó en una disputa verbal que fue subiendo el tono y que terminó con el grito final de Diego “echándolos a todos de ahí”.
Gianinna le reprochó a su padre sus deseos de tomar alcohol -pidiéndole que no lo hiciera por su salud-, él se ofuscó y comenzó una discusión en la que todos opinaban a favor y en contra de tal ingesta hasta que el dueño de casa terminó el debate alegando: “Tengo 60 años y hago lo que quiero”. Acto seguido, dijo que no quería una fiesta de cumpleaños de ningún tipo y que estaba “harto” de que todo el mundo se meta en su vida.