Marcelo Doyharzabal es un santafesino que 53 años, que se contagió de COVID-19 hace algunos meses. Tras decenas de días de lucha pudo recuperarse, y contó su historia en diálogo con Hugo Isaak por Cadena OH!
En primer lugar, sobre el motivo del contagio, relató que "Soy uno de los tantos que se contagió sin saber como. Por lo laboral, en mi trabajo en la UNL y otras actividades, yo tenía una vida social muy activa".
En ese sentido, contó que "a partir de agosto, con los primeros síntomas, empezó todo un derrotero que duró 50 días con internación y demás. Primero tuve los síntomas que tiene todo el mundo como fiebre y dolor corporal. Un día desaparecieron y a los dos días volvieron peor, y a los 7 días debí internarme en el Cullen porque tenía una deficiencia respiratoria importante. Estuve con oxígeno, llegaron a ponerme plasma y en mi caso no me dio resultado. Ahí me tuvieron que trasladar a terapia intensiva durante 8 días, pero sin respirador".
Leer también: En Argentina, más de un millón de personas se recuperaron de COVID-19
"A mi se me complicó porque adquirí una bacteria hospitalaria. Me dieron el alta de COVID-19 y después me trasladaron al Sanatorio Santa Fe para terminar mi recuperación. Cuando llego, empiezo nuevamente a tener complicaciones respiratorias. Tenía una doble neumonía cuando llegué al Santa Fe. El médico me dijo que tenía los pulmones destruidos. Ahí si me tuvieron que entubar y estuve en coma farmacológico durante 8 días", añadió Doyharzabal.
Por otro lado, ante la pregunta de como repercute el alejamiento del núcleo familiar, aseguró que "Esto es una de las características de esta enfermedad, es muy solitaria. Para no producir más daño a los que te rodean tenes que estar aislado".
Respecto a la recuperación, quien hoy forma para del más de 1 millón de pacientes recuperados en el país, manifestó: "Creo que en la recuperación cobra importancia mi edad, tengo 53 años y es algo que se considera dentro de los buenos pronósticos, pero tuve la complicación de la bacteria intrahospitalaria que me llevó a una situación límite".
"Yo mido 1 metro 90 y pesaba 135 kilos cuando ingresé, y cuando egresé perdí 35 kilos. Salí del sanatorio sin poder caminar, ahora por suerte puedo hacerlo con un bastón. Me estoy recuperando pero sigo teniendo síntomas de cansancio, la energía muy baja", detalló.
Leer también: Italia impondría un toque de queda para frenar la propagación del COVID-19
Por último, Marcelo Doyharzabal sintió que debía "hacer un reconocimiento al personal medico del Cullen, a las enfermeras, a las mucamas, porque lo que hacen es valorable. En el hospital público recibí la mejor de las atenciones, estas solo y el apoyo es muy importante".
"A la gente que esta pasando un momento difícil quiero decirle que no se entregue, que siga peleando. Si le pones buena energía, ayudas a que el proceso sea mejor", culminó.
Escuchar también la nota completa: