Durante los meses de calor, la vida de los alacranes y las arañas comienza a ser más activa, razón por la que se amplían las consultas por accidentes domésticos y laborales vinculadas a ellos.
La peligrosidad de los cuadros ocasionados por las picaduras de animales ponzoñosos no radica directa y únicamente en el tipo de animal, sino que también depende de otros factores, tales como la cantidad de veneno inoculado, la existencia de alergias, la edad, peso y estado de salud actual del paciente. El veneno penetra siempre en el cuerpo, pero la aparición de síntomas dependerá de la susceptibilidad individual de cada persona.
En el caso de las picaduras de arañas suele presentarse enrojecimiento, hinchazón y dolor alrededor de la picadura, pudiendo aparecer una ampolla o una pequeña protuberancia en la zona afectada. Si bien el grupo de arañas no venenosas es más frecuente, siendo sus picaduras inofensivas, las especies más peligrosas en Santa Fe son la castaña domiciliaria y la denominada viuda negra. La picadura de ésta última provoca dolor generalizado en el cuerpo, calambres, temblores, espasmos, debilidad y agitación.
La mayoría de los casos de picadura de araña ocurren por usar ropa de la temporada anterior sin revisar y los médicos remarcan tener cuidado en sótanos, depósitos y cámaras subterráneas, limpiar los lugares oscuros y húmedos y no andar descalzos.
Por otra parte, las picaduras de alacranes (cualquiera sea su especie) son dolorosas y percibidas como un dolor punzante. Los síntomas generales incluyen náuseas, vómitos, palidez, hipotermia, aumento de las secreciones, hipo o hipertensión, y aumento o disminución de la frecuencia cardíaca. En cuadros graves puede presentarse arritmia, convulsiones, insuficiencia cardíaca y edema agudo de pulmón. En todos los casos es importante el control médico para brindar seguimiento a la evolución del cuadro.
Los alacranes son más activos de noche porque les molesta la luz y salen a comer o reproducirse. Más del 80 por ciento de los casos de picadura de este ejemplar son leves y el dolor "no es un parámetro de gravedad".
Algunos consejos generales para evitar picaduras de estos animales ponzoñosos son: mantener limpio el hogar y libre de malezas alrededores, revisar la ropa y calzado antes de ser utilizado, colocar burletes en puertas y ventanas con espacios de luz, separar las camas de la pared, utilizar telas mosquiteras y metálicas en resumideros, no caminar descalzo, no introducir manos o pies en lugares peligrosos, huecos de árboles, cuevas, nidos, etcétera.
Las primeras medidas del equipo de salud ante la confirmación de uno de estos consistirán en realizar un electrocardiograma y un análisis de laboratorio completo, colocar analgésico, mantener al paciente en observación en el Servicio de Guardia por 6 horas y, de requerirlo, suministrar el antiveneno, en lo posible antes de las 2 horas de producida la picadura.