139 mil personas viven con VIH en la Argentina. El 63% de ellas se atiende en el sistema de salud público. 17% desconoce su diagnóstico frente al 83% que sí tiene conocimiento de su serología. Las vías de transmisión en más del 98% de los casos es por relaciones sexuales sin protección, en varones el 56,3% tras mantener relaciones sexuales sin protección con varones y en el 42% por relaciones sexuales sin protección con mujeres. En las mujeres el 97,1% corresponde a mujeres que mantuvieron relaciones sexuales con varones. El 36,5% de los diagnósticos fueron en una etapa avanzada de la infección y cada año 5.800 nuevos casos son notificados.
Las cifras suministradas por el Boletín sobre VIH-Sida en la Argentina N°36 del Ministerio de Salud de la Nación y recopiladas por Fundación Huésped son contundentes e impactantes.
Los números reflejan la dura realidad que viven muchas personas, la otra pandemia que golpea a la sociedad.
Según Pedro Cahn, prestigioso infectólogo y director científico de la entidad, y en una exclusiva entrevista con Infobae en la víspera del Día Mundial del VIH/Sida, “desde el surgimiento del VIH en 1981 hasta el 2020 se estima que se han infectado unas 70/80 millones de personas, número bastante parecido al que ha reclutado el SARS-CoV-2 en menos de 12 meses. La diferencia entre estas dos enfermedades es la vía de transmisión: el nuevo coronavirus en un virus que produce una enfermedad contagiosa, yo me puedo contagiar aún sin darme cuenta, depende muy parcialmente las actitudes que yo tome, aunque por supuesto si salgo sin barbijo, me meto en una reunión con mucha gente en un lugar cerrado, si no me lavo las manos, si la gente no se cubre con el codo para toser, estornudar, son circunstancias que favorecen el contagio. Ahora, en el caso del VIH, yo puedo decidir si me expongo a riesgo o no, si yo voy a tener sexo sin preservativo se que me estoy exponiendo, y puedo decidir no hacerlo, es por esto que es una enfermedad transmisible, esto la diferencia de las puramente contagiosas”.
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Cahn, con 73 años, es sin lugar a dudas como médico infectólogo especializado en VIH/sida un referente mundial en la materia y líder en la lucha contra esta afección, cofundador y director científico desde 1989 de la Fundación Huésped.
En una extensa y fructífera entrevista vía Zoom se refirió a la actualidad de la lucha contra el VIH/Sida en la Argentina, el impacto de la pandemia COVID-19 y los momentos que más lo marcaron durante su carrera:
—Doctor Pedro Cahn, ¿Cómo impacta la pandemia por COVID-19 en la lucha contra el VIH/sida en la Argentina y en el mundo?
—Hay una estimación, un modelo matemático que se publicó hace poco tiempo de lo que podría haber pasado en teoría en África del Sur y África del Este, que son las zonas que tienen la mayor concentración de enfermos de VIH en el mundo. Se calcula que probablemente puede haber un exceso de 600 mil muertes en África por las interrupciones de tratamiento que se podrían haber producido allí. Obviamente esa no es la situación en la Argentina, pero estoy seguro que vamos a tener un impacto de mayor cantidad de pacientes que han interrumpido el tratamiento, que han tenido rebrote de la carga viral, y por lo tanto involuntariamente se han transformado en difusores de la enfermedad. Por eso es muy importante esta nota, este 1 de diciembre, para decirle a la gente que hay que retornar a la normalidad de los controles con sus médicos infectólogos, en sus hospitales, en las clínicas donde se atiendan, no importa donde sea, que no dejen de tomar la medicación, que si les hacen algún problema para aprobarles la medicación que protesten inmediatamente, que lo hagan saber. No tiene porque haber un solo paciente en la Argentina que no acceda a la medicación.
—¿Se observa una baja en lo que son los testeos puede ser doctor, por la pandemia?
—Hemos tenido servicios en clínicas y hospitales que redujeron mucho su oferta porque tuvieron que dedicarse a atender el tsunami del COVID y por el otro lado gente que no quería salir a la calle y acercarse a los centros de salud por temor a contagiarse. Ahora que tenemos un ‘verano de apertura’, es una muy buena oportunidad para promover que la gente se acerque, se testeé, aquellos que no lo hayan hecho; que procuren controlar su carga viral aquellos que están en tratamiento; que no suspendan el tratamiento por ninguna razón.
—¿Cómo está parada la ciencia hoy en relación a la lucha contra el VIH/sida? ¿Y particularmente la Argentina?
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—En materia de tratamientos y si se trata de desarrollos científicos estamos muy bien porque tenemos tratamientos muy convenientes, mucho menos complicados para tomar para los pacientes de lo que eran antes. Hemos pasado a tratamientos mucho más convenientes, mejor tolerados y más efectivos.
El problema no es el desarrollo científico con nuevos medicamentos -que los sigue habiendo- sino cómo acceden al tratamiento todas las personas que lo necesitan. A escala mundial estamos todavía lejos del 90-90-90, el objetivo de ONUSida, que se ve dramáticamente afectado por lo que es la pandemia por COVID-19, que tiene un impacto tremendo en la atención de todas las enfermedades crónicas y por supuesto también en la atención del VIH.
Tenemos que mejorar mucho la aprobación del testeo, generar todas las condiciones para que la gente pueda testearse y pueda conocer su situación. Si hoy una persona tiene un diagnóstico de infección por VIH, te sentís bien y empezás el tratamiento inmediatamente, las perspectivas de vida son muy similares a las de una persona HIV negativa.
—¿Por qué es importante que todas las personas se hagan el test de VIH?
—Toda persona que puede haber estado expuesta al virus tiene que hacerse el test y conocer su serología. Aquellos que han tenido relaciones sexuales sin preservativo tienen que en algún momento testearse para conocer su situación y depende lo que haya pasado con su vida en el resto del tiempo a partir del testeo deberá volver a testearse o no. Las personas que tienen conductas de riesgo reiteradas deberían repetir la prueba diagnóstica cada 3 o 6 meses y hay gente que con testearse una vez en la vida es suficiente.
Fuente: Infobae