Luego que el Senado rechazara el desafuero de Armando Traferri ante el pedido los fiscales Matias Edery y Luis Schiappa Pietra para que el legislador sea despojado de sus inmunidades parlamentarias a los fines de imputarlo como miembro de una organización de juego ilegal, el secretario de Articulación de Políticas Públicas, Marcos Corach, salió a marcar la cancha y poner paños fríos tras la ruptura del bloque Justicialista en la Cámara Alta.
A través de su cuenta de Twitter, Corach, como uno de los hombres más cercanos al riñón de Omar Perotti, sostuvo que “el delito no genera internas en nuestro espacio, porque lo dejamos afuera. ¿Y eso lo dictaminamos nosotros? No, lo decide la justicia, a la que corresponde dejar actuar. Tan simple como es”, posteó.
En el día de ayer, tras conocerse el resultado de la votación que desestimó la intención de los fiscales de la Unidad Especialidad de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos que pretendían llevar al banquillo al senador por el Departamento San Lorenzo, el propio legislador hizo su descargo, donde habló de “leales por conveniencia” y disparó munición gruesa contra el ministro de Seguridad, Marcelo Sain.
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Con las palabras de Traferri como caldo de cultivo, Corach recordó parte del discurso que el gobernador pronunció luego de asumir, un año atrás: "Esto se acabó, debe haber una clara línea infranqueable que divida sin más a las instituciones estatales y la legalidad, de un lado, y el mundo delictivo, del otro. Hay que cortar los vínculos con el delito."
Con objeto de sentar posición respecto al revuelo político que provocó la causa de juego clandestino, Corach dejó en claro que la tarea del Gobierno que comanda Perotti será siempre “respetar el accionar de los poderes y dedicarnos a gobernar para la gente, que es la mejor manera que tenemos para poner en valor el voto popular y, a su vez, para fortalecer a las instituciones”.