Un año terrible termina con un amargo empate para los azzurri. El entusiasmo inicial que acompañó al equipo napolitano en esta nueva temporada dio paso luego, al final del año, a un declive físico y psicológico del Napoli que en el campo no pudo llevar a casa el resultado. El partido disputado esta tarde contra el Torino se ha mantenido en la línea del disputado hace tres días contra la Lazio.
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Los azules con la cabeza gacha no lograron afectar el partido, jugando todo el tono del partido. Los pocos anillos vinieron de Insigne, de regreso después de la sanción remediada ante el Inter, y de Zielinski, probablemente el mejor en la cancha a pesar de que ni siquiera su actuación fue buena. En cuanto al resto de delanteros, una vez más tanto Politano como Petagna no aprovecharon la oportunidad y, una vez más, abandonaron el campo en la segunda parte sin poder recoger nada de lo sembrado.
El Napoli parecía lento y falto de ideas y los numerosos errores individuales seguían pesando mucho en una actuación que, en general, no permite que nadie alcance la suficiencia. En el desafío en el que la motivación era más importante, fue Torino quien intentó hasta el final y más convenció. Un napolitano, Armando Izzo, que esta tarde se tomó la satisfacción de marcar en el nuevo estadio Diego Armando Maradona, se adelantó.
Tras una primera parte aburrida, Gattuso intentó sacudir a su equipo con una serie de cambios entre ellos el que vio a Fernando LLorente como protagonista. El español, ahora fuera del proyecto napolitano pero aún en la lista de la Serie A, logró aprovechar esta noche su oportunidad, reemplazando a un Petagna cansado y desconcertado.
A pesar de su buena voluntad, el exdelantero de la Juventus no pudo aportar su aportación, demostrando sin embargo que tenía un gran deseo de ponerse a disposición del equipo.
Además de Llorente, Gattuso también incluyó a Mario Rui y Fabián en el campo en lugar de Hysaj y Bakayoko que no afectaron el ritmo del partido, quedando espectadores pasivos de un partido para el olvido. Ni siquiera la entrada de Lozano permitió al Napoli encontrar el empate.
Pero cuando parecía que el partido había terminado, era la individualidad lo que marcaba la diferencia. La perla del capitán Lorenzo Insigne ha reabierto el partido evitando así la tercera derrota consecutiva del Napoli.
De factura no sencilla, el gol alcanzado el nonagésimo ha devuelto garra y fuerza a los blues que luego asediaron la zona de granadas durante los cuatro minutos restantes. Si el Napoli hubiera jugado al menos la mitad del partido con la determinación mostrada en los últimos minutos, probablemente se habría llevado a casa la victoria, pero con los si y los peros no sigue y así, al final, los azzurri evitaron la derrota y terminó este año terrible con un solo punto.
Con los dos corazones napolitanos para decidir el partido en el estadio del Dios del fútbol, los dos equipos saludaron este 2020 con un empate que, probablemente, sea bueno para ambos hoy.