La última semana el Banco Central tomó nota de la abrupta caída de los depósitos a plazo fijo y del traspaso de estos fondos a caja de ahorro. Éste es el paso previo a una eventual dolarización, como se observó en el rampante ascenso de las cotizaciones alternativas del dólar, aquellas que no quedan alcanzadas por el control de cambios en el mercado oficial, ya en el rango récord de los 100 pesos.
Este movimiento no es casual: obedece a la abrupta caída de las tasas para ahorristas, ya debajo del 20% anual y menos que la mitad de la inflación esperada para los próximos doce meses, y también a la híper liquidez imperante en en la plaza financiera, por la inyección de pesos encarada por el Banco Central, para que el Estado nacional pueda cubrir todos los flancos de la asistencia social y económica para la población y rubros productivos, en el marco de la emergencia por el coronavirus.
Al 13 de abril, las tasas de interés por depósitos a 30 días de plazo en entidades financieras promediaba el 18,66% anual. Esta tasa mínima estipulada para el ahorro a plazo en el sistema bancario será ahora del 26,6% anual, unos ocho puntos extra da la que venían ofreciendo las entidades financieras.
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Con tasas de interés cercanas al 20% anual para los plazos fijos a 30 días, estas colocaciones se desplomaron 9,8% en términos nominales en el último mes o $145.412 millones, desde el récord de $1.486.552 millones ($1,49 billón) del 16 de marzo pasado, a los $1.341.140 millones el 13 de abril, el monto más bajo en tres meses.
Además, el Banco Central implementó a partir de este viernes una serie de medidas para reducir las operaciones de contado con liquidación y MEP, muchas apalancadas en el financiamiento con costo mínimo que permitían las tasas de caución, en torno a 10% y negativas en términos reales, en un escenario de sobreabundancia de liquidez por la expansión monetaria récord.
Con información de Infobae