Chicos o adultos, los pacientes con Trastorno del Espectro Autista (TEA) requieren estimulación constante para continuar con su aprendizaje y desarrollo. El anuncio oficial de que podrán dar pequeños paseos dio cierto alivio a las familias que acompañan estos procesos. Pero con la extensión de la cuarentena surgieron dudas sobre cómo continuar las terapias desde casa o qué hacer si un paciente requiere de atención médica.
Para aclarar estas inquietudes, el sitio web Con Bienestar dialogó con Nicolás Loyacono, médico investigador en TEA, (M.N. 133.199). El especialista aconseja realizar actividades terapéuticas, fortalecer el vínculo con la persona bajo tratamiento y estar alertas a las señales.
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A continuación, las preguntas y las principales recomendaciones del experto:
1- ¿Las personas autistas son pacientes de riesgo?
Siete de cada diez personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) tienen importantes afecciones de salud física, en su metabolismo y en el sistema inmunológico. Requieren un cuidado especial, porque pueden ser portadores de infecciones que no alcanzan a manifestarse y pueden contagiar sin aviso. A grandes rasgos, un tercio se enferma adecuadamente, un tercio vive enfermo y otro tercio nunca se enferma. Esto quiere decir que cerca de dos tercios son los más predispuestos a que las infecciones tengan un impacto muy negativo en ellos mismos y su sistema familiar.
En muchas casas se viven situaciones críticas, complejas o agresivas, y con los paseos se puede ayudar a mitigarlas.
2- ¿Qué actividades se sugieren en este aislamiento?
Las estrategias de entretenimiento pueden ser trabajos con elementos, texturas, colores, olores, etcétera. Ayudan a expandir el universo sensorial del paciente y le facilitan experiencias en la vida cotidiana para desarrollar su interés y el aprendizaje. También se pueden explorar juegos de mesa, de memoria, dibujos. Siempre considerando el grado de funcionalidad de cada persona, ya que las habilidades serán completamente individuales. Si quiere agregar adrenalina, juegue con sus hijos y toda la familia, y si esto lo acepta la persona con el diagnóstico, ya estará aportando a lo social.
3- ¿Y qué acciones terapéuticas?
Las personas con TEA y/o una discapacidad pueden hacer “salidas breves”. A partir de los reclamos de madres, padres y familiares, porque los pacientes empezaban a tener crisis en el encierro, surgió la oportunidad de que puedan realizar una actividad fuera del hogar. Esto no quiere decir que sea algo para tomárselo a la ligera. Hay que adoptar cuidados absolutos, con el acompañamiento necesario. Las caminatas y el aire libre son muy buenas para nuestros pacientes, mientras se hagan con la rigurosidad que requieren. Lo ideal sería en horarios de no mucho tránsito, de menor circulación de personas y durante el día. En muchas casas se viven situaciones críticas, complejas o agresivas, y con los paseos se puede ayudar a mitigarlas.
4- ¿Qué hay que hacer si necesitan asistencia médica?
Lo ideal es siempre el primer contacto con el doctor de cabecera, ya sea pediatra, clínico, neurólogo o psiquiatra, según el motivo de la consulta. Ese especialista es el que más conoce a su paciente y aunque haya distancia de por medio, sabrá qué hacer o adónde derivar el caso si el cuadro lo requiere. Se debe tener en cuenta que las desregulaciones conductuales, son la manifestación de dolor de origen físico. Cuando se presenta un cuadro de disrupción conductual abrupta, agresiva para sí o terceros, la primera consulta debe ser con el médico de cabecera. De ser necesario, también la exploración física exhaustiva y la realización estudios de rutina (orina, revisión odontológica, entre otros). Éstas pueden ser fuentes frecuentes de molestias que dan origen a diversidad de conductas y son, muchas veces, una emergencia.
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5- ¿Cuál es su recomendación final?
Quiero alentar al fortalecimiento del vínculo y la unión familiar. Son necesarias para llevar adelante las dificultades de la vida misma y más aún, cuando un hijo o hija tiene un diagnostico de TEA. Requieren apoyo, incluso para las actividades cotidianas más sencillas y conlleva un enorme grado de estrés personal y familiar. En términos de la pandemia actual, hay que tener en cuenta que las personas con TEA pueden ser muy débiles o no, y los extremos llegan a ser comparables a pacientes oncológicos e inmunosuprimidos. De no saber cuál es la situación de sus hijos, hagan las consultas pertinentes lo antes posible y desde sus casas. Toda conducta disruptiva es dolor hasta que se demuestre lo contrario, ya que, los problemas sensoriales hacen que la persona a veces pueda no sentir sus dolencias adecuadamente. Y las dificultades de comunicación hacen imposible que los refiera con normalidad.