La Justicia ratificó este miércoles la condena a 17 años para el empresario Gabriel Strumia y de siete para su esposa Roxana Michl, por haber privado de la libertad a Paula Perassi, la joven desaparecida en 2011 y cuyo cuerpo jamás apareció.
El Tribunal finalmente ratificó las condenas del empresario Gabriel Strumia y su mujer, Roxana Michl, absueltos en mayo de 2019 y condenados en noviembre de ese mismo año a 17 y siete años de cárcel por el delito de privación ilegítima de la libertad coactiva por tratarse de una mujer embarazada. Inmediatamente después de la audiencia, ambos fueron alojados en una unidad penitenciaria, donde quedarán en calidad de detenidos.
En un fallo dividido, el tribunal de alzada consideró al empresario como "autor penalmente responsable del delito de privación ilegítima de la libertad coactiva agravada por tratarse la víctima de una mujer embarazada". A su vez, Michl fue condenada a 7 años de prisión como "partícipe secundaria penalmente responsable" del mismo delito que se le achacó a su esposo.
La principal hipótesis que sostuvo tanto la Fiscalía como la querella, es que Paula fue víctima de "un plan desaparecedror" orquestado por los acusados. En ese sentido se posiciona a Strumia, amante de la víctima, como el que la convence para que saliera de su casa el 18 de septiembre de 2011, cuando fue vista con vida por última vez.
De acuerdo a la línea planteada por la Fiscalía, Paula fue llevada contra su voluntad en un auto por Strumina y un secretario a la localidad de Timbues, donde le practicaron un aborto clandestino, circunstancias en la murió. La muer, en ese momento de 33 años, cursaba un embarazo de tres meses producto de la realción extramatrmonial con Strumina. Hasta ahora, nunca se pudo encontrar el cuerpo de Paula.