Un grupo de docentes e investigadores de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de Rosario, junto con profesionales del sistema de salud público de la ciudad, desarrolló un sistema para monitorear en tiempo real la temperatura de los freezers que conservan la vacuna Sputnik V.
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Este lunes arribaron a la provincia las primeras dosis de la vacuna producida por el Centro Gamaleya, de Rusia. Las vacunas, que comenzaron a aplicarse este martes por la mañana, requieren de condiciones específicas para su conservación. Lo necesitan durante toda la logística de distribución hasta su aplicación efectiva. Por este motivo fue que se instalaron conservadores especiales (freezers) en los sitios de almacenamiento y aplicación. Son equipos que ahora resultan esenciales, tanto en su funcionamiento como en el suministro eléctrico.
Sistema
Profesionales de la Dirección de Bioingeniería de la Secretaría de Salud municipal e investigadores del Observatorio de Energía y Sustentabilidad de la UTN Rosario venían trabajando previamente a la pandemia en un sistema de monitoreo y alarmas remotas. Eran para control de los stocks de vacunas de la Secretaría de Salud municipal. Con el arribo de las dosis de Sputnik V decidieron adaptar el sistema ante la llegada de las vacunas.
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"La génesis de esto fue hacer un sistema de monitoreo de cualquier variable, como temperatura, presión o nivel de oxígeno. Me puse con esto hace dos años y a fin de 2019 ya teníamos termómetros funcionando. La idea primigenia era medir las temperaturas de las heladeras de los bancos de sangre. Esto fue migrando durante el año. Y cuando el lunes vinieron las vacunas ya teníamos los freezers con los termómetros puestos en marcha y enviando datos", dijo a La Capital Marcelo Castello, integrante del equipo que diseñó el sistema de monitoreo. Está basado en su tesis de posgrado "sistema de monitoreo de temperaturas en tiempo real para refrigeradores críticos de salud".
Funcionamiento
"La posibilidad de acelerar los tiempos de desarrollo y su aplicación a los freezers fue la respuesta inmediata que como investigadores logramos implementar y poner en marcha. Mediante la misma son vigilados en tiempo real los freezers instalados en el Cemar, el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) y el Hospital Vilela. A su vez, hay posibilidades de ampliar los sitios de monitoreo hasta donde sea necesario en el actual plan nacional de vacunación", señaló Castello, quien trabaja en la Dirección de Bioingeniería de la Secretaría de Salud y es docente en la UTN Rosario. Explicó que mientras la temperatura de la heladera de un banco de sangre se ubica entre los 2 y 8 grados, los freezers de las vacunas Sputnik están a una temperatura que se ubican entre -19 y -25 grados.
Así, el monitoreo de la temperatura se realiza mediante un sensor inteligente colocado en los freezer. Se encarga de tomar mediciones cada segundo, procesarlas y enviarlas encriptadas a un servidor central. El monitoreo es inmediato desde cualquier dispositivo móvil, que recibe eventuales alarmas ante cualquier falla en la temperatura de conservación. "Todos los freezers de las vacunas Covid tienen un termómetro oficial que manda la provincia. Lo que hicimos nosotros es un sistema de monitoreo", aclaró Castello.
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"Si la temperatura del freezer se aparta de esos rangos de vigilancia —entre -19º y -25º— el mismo servidor dispara una alarma, que aparte de verse en una página web se envía a los usuarios interesados a través de la red Télegram", explicó el ingeniero de la UTN. La notificación del alerta lo reciben los jefes de servicios, directores de hospital y el personal de bioingeniería a cargo del mantenimiento de los freezers. "Lo que queremos es mantener el freezer en buenas condiciones para que la vacuna se mantenga en buenas condiciones".