El presidente Alberto Fernández les propuso a los gobernadores imponer restricciones nocturnas a la circulación, en principio, de 23 a 6, para combatir la suba de casos de coronavirus que se registra desde las últimas semanas en todo el país. En el Gobierno hay optimismo respecto de la recepción de la propuesta y el Ejecutivo buscará que las medidas se tomen por “consenso”.
Además, de limitar la nocturnidad, el Gobierno les propuso a los jefes provinciales que se acoten los viajes al exterior; que se exija la realización de test PCR en el momento que alguien llega a cualquier provincia por vía aérea; que se acote a 10 el número de personas en reuniones; y que se restrinja nuevamente el uso de transporte público para trabajadores esenciales. Todo esto con la intención de “no frenar la economía”, y “no frustrar vacaciones ni actividades en lugares turísticos”.
El encuentro, previsto para las 11:30, comenzó a las 13 y se realizó por videoconferencia. El Presidente estuvo acompañado de forma presencial por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el ministro de Interior, Eduardo de Pedro; y la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti.
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El Presidente expresó su preocupación especialmente por el comportamiento de los jóvenes, que tienen dificultades para cumplir con el distanciamiento social y muchos de ellos ni siquiera utilizan tapabocas. Les propuso a los gobernadores restringir la circulación nocturna y dio lugar a las intervenciones de los jefes provinciales sobre sus posturas de acuerdo en las situaciones puntuales en cada jurisdicción. En el encuentro se debatía cómo se llevarán a cabo estas medidas, se informó.
El Gobierno buscan evitar referirse a las iniciativas como “toque de queda”, como deslizaron algunos funcionarios días atrás, sino que prefieren denominarlas “restricciones sanitarias nocturnas de la circulación”.
El lunes, Alberto Fernández se refirió por primera vez desde el comienzo del nuevo año al rebrote de coronavirus y admitió que evaluaba la posibilidad de que “todo” volviera a “paralizarse”. En ese momento, no brindó mayores detalles respecto de las potenciales medidas tenidas en cuenta por la administración nacional para combatir el coronavirus. Sin embargo, trascendieron versiones acerca de la posibilidad de que se impusiera un “toque de queda sanitario” en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Ese día, el Presidente convocó al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, a un encuentro tripartito para evaluar la situación respecto del COVID-19 en sus jurisdicciones.
El martes, cuando se registró un nuevo aumento en la cantidad de casos, el Presidente se comunicó por teléfono con algunos gobernadores, recibió sus percepciones y les adelantó que planeaba medidas. Poco después, amplió el encuentro –previsto solo con Larreta y Kicillof– a todos los jefes provinciales.