Ante lo que serían 14 días de restricción a la circulación de personas entre las 23 y las 6 de la mañana, según la sugerencia del presidente Alberto Fernández a los gobernadores, el polo gastronómico advirtió que la medida podría convertirse en su estocada final.
El sector consideró, por un lado, que la provincia, aunque con sus matices, aún no está atravesando una situación sanitaria crítica y, por otro, advirtieron que finalizar la actividad a esa hora sería "letal".
“La temporada es baja, estamos a un 25% de la temporada anterior. Las noticias que llegan no son alentadoras. Las autoridades atormentan al turismo durante la semana y lo único que hacen es perjudicar la situación. No hay un plan verdadero porque tampoco hubo un plan sobre cómo llevar a cabo la pandemia”, advirtieron algunos propietarios.
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La restricción de circulación, no solamente perjudicaría a bares y restaurantes, sino que derivaría en un inminente perjuicio para actividades colaterales. Mientras los meses de diciembre y enero se esperaba un repunte de la actividad, la nueva iniciativa podría tirar por la borda todo lo planificado.
“Sería realmente injusto que quienes cumplen con los protocolos, cuidan a la comunidad y trabajan con el compromiso y la responsabilidad de proteger al otro sean los primeros damnificados ante la irresponsabilidad social y la falta de control”, agregaron los gastronómicos consultados.
El verano se posicionaba como una oportunidad para el sector, especialmente para aquellos locales que tenían lugar al aire libre y, en este escenario, muchos eran optimistas. Por ello, en caso de que se confirmen las restricciones, el sector no descartó "medidas" de fuerza, aunque aún no detallaron sus pormenores.
“Estamos preocupados porque entendemos la cuestión sanitaria pero necesitamos trabajar, pagar sueldos, llevar adelante las empresas. Esto de poner un tope horarios nos tiene muy preocupados, es un aspecto muy negativo”, dijeron.