Mientras en el resto de las playas céntricas de Mar del Plata, la aglomeración y la multitud no se hace esperar, Punta Mogotes es un ejemplo de distanciamiento social y respeto de los protocolos sanitarios, principalmente durante los días de semana.
Si bien con la llegada del viernes y hasta el domingo, el balneario duplica su ocupación, con el arribo de turistas provenientes del partido de General Pueyrredón y vecinos de la provincia de Buenos Aires, Punta Mogotes se posiciona más prolija y ordenada que las demás.
Bajo el sol y la arena, con barbijos y distanciamiento, los bañistas disfrutan de una temporada atípica, con un clima cálido y agradable. Con precios de carpas que rondan los tres mil pesos durante los fines de semana, valor que disminuye un treinta por ciento el resto de los días, la tranquilidad y parsimonia se encuentra a la orden del día en este pequeño bálsamo marplatense.
Por su parte, los agentes de control marcan una importante presencia en las zonas comunes, donde no solo se encargan de controlar la cantidad de gente en las playas, sino también de que los bañistas utilicen correctamente el tapabocas, que se respete la distancia mínima entre sombrillas y reposeras y que se cumpla con los dos metros de separación establecidos; además de encargarse de que los turistas no ingresen con bebidas alcohólicas a los balnearios.