El ocaso del 2020 terminó con importantes debates parlamentarios en el recinto nacional, marcados por denuncias cruzadas y acuerdos soterrados. Mientras las miradas se posaban en lo que sucedería con la ley de interrupción voluntaria del embarazo en la Cámara Alta, Diputados debatía una nueva fórmula de movilidad jubilatoria, de mamera menos altisonante, pero no por ello poco importante.
En el seno de la discusión, desde la banca socialista por Santa Fe, Luis Contigiani decidió no acompañar el proyecto al considerarlo que, al quedar afuera el cálculo por inflación en los aumentos de los haberes, el sector pasivo iría a una pérdida directa del poder adquisitivo. “Así como voté en contra de la variable de Macri, con la idea de ajustar, como de hecho pasó en 2018, en este otro extremo, se dejó de lado el costo de vida como variable. A pesar que hicimos una contrapropuesta, no fue aceptada, por eso terminé votando en sentido contrario”, explicó el diputado en Hay otra Mañana.
El diálogo y los acuerdos que habían aflorado con el inicio de la pandemia para responder con premura los avatares de la emergencia sanitaria, terminó quebrándose con la nueva fórmula de movilidad jubilatoria, pero se vio intensificada con la decisión del Gobierno en anunciar un “cepo” a las exportaciones de maíz, reconoció el legislador.
“El peronismo de la mano del kirchnerismo tiene un serio problema de interpretar qué es lo que pasó y qué está pasando en la revolución agroindustrial argentina y en la geopolítica agroindustrial mundial. El Gobierno cae en políticas contradictorias, erráticas y con juicios de valor muy sesgados, producto que no puede analizar la coyuntura. Mientras el peronismo no recupere una visión productiva, como está en su esencia, le están regalando toda la problemática agroindustrial a todos aquellos sectores que quieren ‘combatir’, pero que son los sectores más concentrados en la escala de valor mundial”, aseguró Contigiani.
En retrospectiva, la advertencia en una línea divisoria marcada y de claros antagonismos, había comenzado poco tiempo atrás, con el conflicto entre la familia Etchevehere y el movimiento social comandado por Juan Grabois. Por aquel entonces, el peronismo ya había dado cuento que “se estaba dejando llevar por los sectores en sus antípodas. Lo que veo es un peronismo con una agenda donde una marginalidad política los maneja, por no tener un proyecto claro de vivienda, agroindustrial, progresistas y desarrollo del siglo XXI. Es necesario que la Argentina vuelva a conectarse con la producción, el agregado de tecnología, como lo tuvo en algún momento”, finalizó el diputado.
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