A pesar de la restricción a ciertas actividades fruto del estado de cuarentena a causa del COVID-19 y al crítico nivel del río Paraná, la pesca comercial permanece habilitada en la provincia de Santa Fe.
Distintos especialistas han advertido que se está dando un verdadero atentado ambiental, por lo que piden que se declare la veda de forma urgente. Por estas horas, el gobierno evalúa considerar áreas de protección del recurso ictícola en sectores críticos y esenciales de la cuenca, pero entiende que se está lejos de una explotación indiscriminada.
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Según afirmó el subsecretario de Recursos Naturales, Gaspar Borra, la fiscalización del tránsito de Senasa y Aduana arroja que, en el primer trimestre del presente año respecto del trimestre del año de 2019, los números de captura ictícola se han reducido un 50 por ciento.
Pese a ello, el gobierno de la provincia, a través de los Ministerio de Ambiente y Cambio Climático y de la Producción, Ciencia y Tecnología, está trabajando en la fiscalización de la actividad pesquera frente a la bajante del Río Paraná.
Contracara
La visión de Adolfo "Fito" Espíndola, integrante del Consejo Provincial Pesquero, sin embargo, es muy diferente, ya que acusa una falta de cuidados en el río Paraná, de la que nadie se ocupa: "No se respeta el cuidado del medio ambiente, sobre todo, de los peces de captura prohibida. Muchos pescadores acuden a estos lugares aprovechándose de la bajante del río y están prácticamente colándolo", sentenció Espíndola.
Durante semana santa, el kilo de surubí, por ejemplo, costaba unos 200 pesos, al día de hoy, su precio ronda los 110 el kilo, lo que demuestra la gran oferta que existe producto de la pesca indiscriminada, afirmó, finalmente, el integrante del Consejo Provincial Pesquero.