El cloro es un elemento esencial para desinfectar el agua y hacerla potable, asegurando la eliminación de microorganismos.
En Esperanza se reemplazó la existente y en el acueducto se agregó una más a las dos ya existentes.
Las nuevas cisternas verticales son de polietileno de alta densidad (PEAD), aptas para líquidos especiales como el hipoclorito.
La ubicada en Esperanza tiene una capacidad de almacenamiento de 6.000 litros y reemplaza a otra existente en el Centro de Distribución de agua potable de la ciudad, en operación desde hace 16 años.
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En tanto que para el Acueducto de transporte de agua a Rafaela se instaló una nueva, que se agrega a las otras dos existentes. Cada una de las tres cisternas tiene 3.000 litros de capacidad.
De este modo, en ambas instalaciones se asegura el almacenamiento de este insumo estratégico para cubrir las necesidades por un periodo de 36 días de dosificación.