Luego de confirmar la extensión de la cuarentena obligatoria, al menos, hasta el 10 de mayo, el Gobierno analiza esta semana más medidas para paliar la crisis económica profundizada por la pandemia de coronavirus. Entre ellas, se estudia la posibilidad de realizar en mayo un nuevo pago del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), el subsidio de 10 mil pesos al que se inscribieron unos ocho millones de monotributistas, personas con asignaciones sociales y trabajadores informales.
Si bien desde ANSES se niegan a confirmar hasta el momento la extensión de la medida ni un eventual universo de beneficiarios, en las proyecciones del Ministerio de Hacienda está prevista la continuidad de las medidas de ayuda económica por la pandemia. La administración de Alberto Fernández cree que podría armar un paquete de asistencia económica equivalente a 5,6% del PBI, unos 1.700 billones de pesos, entre abril y junio para amortiguar los efectos de la crisis. El paquete fiscal estaría integrado, además del IFE, por el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) y el pago de bonos extraordinarios.
Alejandro Vanoli, director Ejecutivo de la ANSES, ya había blanqueado la idea a mediados de abril, cuando dijo que el Gobierno nacional estudiaba la posibilidad de abonar el IFE el mes próximo. El funcionario aseguró que "el gabinete económico está estudiando cómo extender el Ingreso Familiar de Emergencia".
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"En principio, el DNU establecía que era un ingreso extraordinario por abril y la posibilidad de extenderlo a mayo", recordó Vanoli por esos días, y aseguró que "el gabinete económico está estudiando distintas alternativas que pueden ser mantener el IFE, transformarlo, complementarlo con distintas iniciativas para defender el trabajo, pero está claro que la segura duración de la pandemia y de las restriccones y el impacto económico que tiene, va a exigir que el Estado Nacional siga haciendo esfuerzos, lo que está en discusión, lo que está bajo análisis es cuáles son las mejores herramientas para llegar a los que lo necesitan”.
El Ingreso Familiar de Emergencia se otorga a las personas que están desempleadas, trabajan de manera informal, sean monotributistas de las categorías A y B o, también, trabajadoras de casas particulares, así como a todos los beneficiarios de las asignaciones universales por hijo (AUH) y por embarazo (AUE). Para acceder, deben ser argentinos nativos o naturalizados, con una residencia legal en el país no inferior a dos años, y tener entre 18 y 65 años.