La suspensión surgió a partir de un control de rutina que llevaron a cabo inspectores de Bromatología de la Agencia de Seguridad Alimentaria (ASSAL) – seccional Rafaela, donde constataron la presencia de productos que no se hallaban en condiciones aptas para ser consumidos. Por dicho motivo, se procedió a su retiro y decomiso.
Los auditores resolvieron el cese de actividades del local por 48 horas. Pasado este tiempo, volverán a verificar el cumplimiento de lo solicitado para su reapertura.
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Cabe aclarar que la suspensión “está reglamentada por la Ordenanza Municipal Nº 4.552, en los artículos Nº 16 y 35, como así también en el anexo uno del artículo 6.1 y artículo 5.1”, explicó el Juez de Faltas de la Tercera Nominación, Rubén Pavetti.