El malestar global por la inequitativa distribución de las vacunas contra el COVID-19 se ha acentuado en las últimas semanas. El problema de escasez de antídotos en muchos países está poniendo en apuro a más de un gobierno y abriendo un debate que hasta ahora, jamás se había tocado desde el comienzo de la pandemia.
La realidad es que hay naciones donde las dosis sobran y donde casi la totalidad de sus poblaciones ya fueron inmunizadas contra el virus Sars CoV- 2. En paralelo, la realidad en muy distinta en aquellos países más pobres. La Argentina y Uruguay, por ejemplo, van a paso lento debido a la falta de insumos. La pregunta es: ¿deben los países más ricos asistir con vacunas sobrantes a los países menos prósperos y vulnerables al coronavirus?
Con Bienestar dio a conocer ayer el mapa de la situación en el mundo en lo que refiere a este tema bajo el título: “Vacunas en el mundo: pocas, tarde y con pulseada entre países”. En este informe, se detalla el eje central de la problemática global y se otorgan datos concretos sobre las naciones más afectadas. Sólo 18 países recibieron el 88% de las dosis necesarias para proteger a sus poblaciones de la versión original del Sars CoV-2 y sus nuevas variantes, que golpean principalmente a Inglaterra, Brasil y Sudáfrica y que se extienden por América Latina.
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La realidad es que la producción de vacunas es escasa a nivel global. La altísima demanda del producto supera ampliamente la capacidad productiva de los diversos laboratorios del mundo, y muchos de ellos no han podido cumplir con sus compromisos de entrega de insumos, lo que frena la cadena de vacunación y la consecuente propagación del virus. En paralelo, los países centrales realizaron compras de dosis por cantidades que superan el número de su población total y utilizan su poder de presión para hacerse con estos antídotos.
Este tema no es ajeno a la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuyo director general, Tedros Adhanom, arremetió contra la creciente disparidad en las cifras de vacunaciones contra el COVID-19 entre los países ricos y pobres. El funcionario dijo en conferencia de prensa que es “impactante” lo poco que se ha hecho para garantizar la distribución equitativa de las vacunas en todo el mundo y así evitar lo que llamó un “fracaso moral catastrófico”.
Al respecto y ante la prensa mundial, Tedros Adhanom, mostró su enojo e indignación frente a esta problemática: “Los países que ahora están vacunando a personas más jóvenes y sanas con bajo riesgo de enfermedad lo están haciendo a costa de la vida de los trabajadores de la salud, las personas mayores y otros grupos de riesgo en otras naciones”, lanzó públicamente.
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Para él, la mala distribución de las vacunas en el mundo y la falta de solidaridad de los países ricos y productores de antídotos está profundizando esta problemática: “Es una brecha que crece cada día y que se está volviendo cada vez más grotesca”, sostuvo.
Fuente: Con Bienestar