El puente colgante Q'eswachaka data del imperio inca en Perú y cuyo ritual de conservación es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Construido hace más de 600 años, el puente colapsó ante el deterioro de las sogas que no pudieron ser renovadas a causa de la pandemia, informó la autoridad cultural de Cusco.
"Nos reportaron el desplome del puente colgante por falta renovación por la pandemia", dijo a la agencia AFP una fuente de la Dirección Desconcentrada de Cultura Cusco. Un equipo técnico viajó desde Cusco, la antigua capital del imperio incaico (siglos XV-XVI) al sureste de Perú, para evaluar los daños.
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La renovación de la pasarela de sogas se produce cada año entre los meses de mayo y junio, pero los confinamientos obligatorios por la pandemia del coronavirus impidieron la labor.
Desde tiempos seculares, esa tarea es llevada a cabo por pobladores de cuatro comunidades campesinas del distrito de Quehue, en la provincia cusqueña de Canas, cercanas al puente.
La plataforma estaba ubicada en Quehue, sobre el caudaloso río Apurímac, a 3.700 metros de altura.
La estructura del puente, de 28 metros de largo y poco más de un metro de ancho, es elaborada por campesinos, que trabajan la fibra vegetal denominada ichu y la trenzan en sogas. La labor se extiende por tres días, hasta que las sogas anudadas dan forma al puente. Una fiesta popular cierra la tarea comunal.
La Unesco incluyó en 2013 al ritual y las técnicas de conservación incas en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El Q'eswachaca es el último puente de su tipo que se conserva y que ha mantenido su estado original, de generación en generación, por más de cinco siglos.
Fuente: Ambito