Las fiestas clandestinas son, a lo largo de toda la pandemia del coronavirus, uno de los problemas principales en donde el Gobierno Nacional pone el foco con la juventud, y más enfáticamente ahora con la llegada de la segunda ola. Pero lo que pasó este sábado 27 de marzo en el municipio de Crespo, provincia de Entre Ríos, es un hecho mucho más insólito: la fiesta que generó un escándalo estaba autorizada por la municipalidad y no era de jóvenes sino de adultos y jubilados, un grupo de mayor riesgo ante el COVID-19.
Se trata del 6º Gran Baile Alemán, en el salón Castillo de Crespo. Testimonios del lugar afirmaron que había más de 500 personas y que no había barbijos ni distancia social.
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Desde Facebook, una trabajadora de salud comentó: "Me indigna que se haya autorizado desde el municipio una fiesta donde había aproximadamente 500 personas, sin ningún tipo de protocolo implementado ni exigido para semejante fiesta, no existió la distancia social, ni el barbijo, ni ningún tipo de cuidado".
Según consignó el medio local estacionplus, la mujer accedió al salón y observó las condiciones en que se estaba desarrollando el evento, sobre lo cual señaló: "Desde la fiesta solicitaron la ambulancia por una persona con dificultad respiratoria y al llegar y encontrarme con esta multitud de personas, hacinadas bajo un techo sin ningún tipo de protección y/o cuidado, sentí que se burlan de los que tuvimos que poner el cuerpo en el período más crítico, donde vimos personas morir".
El baile fue organizado por el Grupo Coreográfico Edelweiss, con autorización municipal. Desde el grupo aseguraron a la radio Estación Plus que "se cumplieron todos los protocolos".
Fuente: Perfil