El piloto Adrián Hang sufrió un accidente el 14 de abril de 1996, en la pista de Monza por la competencia de la Súper Fórmula Italiana. Al final de la recta final, la rueda trasera derecha de su auto se enganchó con la delantera izquierda del romano Roberto Sperati y, tras perder el control, impactó contra el guardarrail a 180 km/h.
Producto del accidente, perdió un pie derecho y parte de la pierna izquierda. Sin embargo, lejos de dejar todo decidió volver a las pistas inmediatamente. En 1997, un año después del siniestro, volvió a competir en el Regional argentino y luego en el Nacional, donde se coronó campeón en 1999. En 2003 volvió a Europa y ganó un campeonato en Italia.
"Pasaron 25 años y hoy me encuentro en otra etapa de mi vida. En 1996, en Monza perdí ambas piernas por debajo de la rodilla y seguí haciendo mi carrera deportiva que considero exitosa", resaltó Adrián Hang en el programa "Todo al mediodía" que conduce Hugo Isaak por Cadena OH!
"Ante las imposibilidades físicas, creo que no hay límites"
El piloto afirma que ante un problema, lo principal es afrontarlo: "En mi perfil de Whatsapp tengo una foto que dice 'no hay límites' porque creo que el cuerpo humano es irreemplazable a pesar de la tecnología. Si nos proponemos, podemos hacerlo; en mi caso seguir compitiendo a nivel profesional y con una vida deportiva muy buena".
"Estoy contento y agradecido a muchísima gente que estuvo a mi alrededor porque el automovilismo es un deporte de muchas personas. Pude seguir corriendo y ganar. La competición te lleva siempre a superarte y ser mejor", resaltó.
Adrián contó que tras perder sus extremidades inferiores, lo primero que pensó era en volver a caminar, en ser independiente. "Una vez que caminé, al segundo día ya manejaba un auto de tres pedales, sin adaptación", recordó.
"Lo importante es tener voluntad. Fui uno de los pocos pilotos en el mundo que le pasó un accidente y lo amputaron (1996) y en el 2003 corrí y gané la competencia en Monza. En ningún deporte la persona está preparada para sufrir un accidente y menos para perder parte de su cuerpo. No se te pasa por la cabeza, y nunca tuve miedo. Ante las imposibilidades físicas, creo que no hay límites", cerró el piloto.
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