Una imagen atípica se vivió en la primera noche de restricciones en Rafaela. Pasadas las 21, los bulevares fundacionales de la ciudad estaban vacíos.
El movimiento de autos y motos fue casi nulo a la par que hubo controles. Operativos se ubicaron en Bv. Santa Fe al 400, integrados por Protección Vial y Comunitaria, la Policía y la Guardia Urbana.
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Los bares y restaurantes del centro estuvieron abiertos, pero con una mínima cantidad de gente adentro, mientras que las pocas mesas que algunos locales decidieron poner afuera, estaban vacías. Heladerías abiertas con escasos asistentes y demás comercios cerrados. Lo que fue una constante fue el movimiento de los deliverys en motos y bicicletas.
Así arrancaron las nuevas restricciones en Rafaela, cuyo principal objetivo es reducir la circulación de personas, y con ellas, también la del virus. El desafío es sostener el compromiso para evitar que sigan creciendo los contagios.