El cementerio de Granadero Baigorria encierra mucha historia sobre la localidad y la región. Los inicios del pueblo, los personajes que lo habitaron, el crecimiento de la comunidad; la vida prostibularia de principios de siglo XX; las enfermedades que azotaron a la región, entre muchos otros recuerdos.
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Por esto, después de algunas experiencias muy bien acogidas, el Área de Cultura local decidió regularizar las visitas guiadas. Se propuso hacerlas una vez por mes, y justamente bajo el nombre: “El Redentor, testigo de nuestra historia”.
El lugar
El cementerio Redentor, desplegado en dos predios en ambas manos de Orsetti al 1300, tiene algunas características que lo hacen casi único.
Primero, su enorme extensión y la cantidad casi incontable de restos que allí reposan (tanto que no hay un registro oficial del total de inhumaciones que se hicieron desde su creación). Segundo, tiene un patrimonio arquitectónico y una riqueza de arte funerario que no tienen muchas necrópolis de la provincia.
Además, es testigo mudo de la epidemia de cólera que castigó a la región a fines del siglo XIX. Entre 1886 y 1887, los muertos en Rosario por cólera ascendieron a 1.156. La zona norte rosarina no tenía (ni tiene) cementerio. De modo que la necrópolis baigorriense, inaugurada por Lisandro Paganini, también fue un gran negocio, hasta que en el siglo XX pasó a manos del Estado.
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Empero, y por sobre todo, allí se ve lo que fue en su momento el crecimiento y desempeño de la Zwi Migdal. Fue una organización dedicada a la trata de personas en las primeras décadas de la centuria que pasó. Esto queda condensado en el cementerio hebreo, que se levanta a un costado del inmenso predio. También lo llamaban el “cementerio de los rufianes”, o el de “las prostitutas polacas”, aunque se estima que ninguna trabajadora sexual de la época reposa allí.
Este espacio fue durante mucho tiempo un lugar completamente desconocido y cerrado para el público. Hasta que paulatinamente lo fueron abriendo para mostrar que alguna vez en Baigorria hubo rufianismo, proxenetismo. Y que los miembros de la Zwi Migdal, o un apéndice de la organización, desplazados de la comunidad judía por “impuros”, se organizaron en lo que fuera el pueblo Paganini.
Propuesta cultural
Por eso, el municipio puso manos a la obra para darle regularidad a experiencias que fueron en su momento aisladas: las visitas guiadas. Ya se habían hecho dos. Una fue el 19 de octubre de 2019. La segunda se hizo el 12 de marzo de este año.
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Ahora, y siempre de la mano de la docente Rossi, se decidió que sean mensuales. La primera se iba a llevar a cabo el 28 de este mes, pero ya queda suspendida por las restricciones que impuso la segunda ola del coronavirus y el colapso sanitario. No obstante, ya se está reprogramando para otra fecha a anunciar.