Más de 20 presos de la ex-Comisaría Séptima radicada en barrio Yapeyú desataron un incendio en los calabozos donde se encontraban alojados, situación que obligó a los agentes a sofocar el fuego con baldazos de agua hasta que finalmente llegaron los bomberos y lograron extinguirlo definitivamente.
Todo comenzó cuando los agentes del turno noche procedieron a retirar a uno de los internos para trasladado a otra dependencia. Fue entonces cuando el resto de los alojados arrojó distintos elementos, entre ellos, colchones, frazadas y ropas, que sirvieron de combustión para comenzar el foco ígneo.
Ante el intenso fuego, se solicitó la presencia de Bomberos Zapadores que llegaron a los pocos minutos. Tras una intensa labor, lograron sofocar los distintos focos ígneos.
En la requisa al pabellón donde se produjeron los incidentes, agentes del Cuerpo Guardia de Infantería (CGI) secuestraron un teléfono celular, dos cargadores y algunas armas de fabricación casera ("facas"), entre otros elementos prohibidos.