El proceso de cosecha de soja tardía en el centro y el norte de la provincia de Santa Fe concluyó esta semana en el marco de una campaña que abarcó más de 500 mil hectáreas y casi un millón y medio de toneladas, con una disparidad de rindes de acuerdo con los factores climáticos de cada zona.
De acuerdo con el informe semanal que confeccionan el Ministerio de la Producción de la provincia y la Bolsa de Comercio de Santa Fe, el ciclo terminó con 550.000 hectáreas sembradas, de las cuales se cosechó en 546.400, con un rendimiento promedio de 26 quintales por hectárea y una producción final de 1.420.775 toneladas.
El informe indica que, "ante los diversos escenarios desde el inicio del ciclo, el cultivo manifestó una importante amplitud de etapas fenológicas, siendo las más avanzadas las de los departamentos del sur".
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"A finales de marzo y comienzos de abril, se evidenció alguna reacción positiva, en especial en el desarrollo de las estructuras de las plantas, como consecuencia de las precipitaciones y un mejoramiento de la disponibilidad de agua útil en el suelo", agrega.
En ese sentido, añade que "las precipitaciones irregulares y distribución geográfica heterogénea influyeron en el desarrollo de los cultivos, según las distintas áreas".
Las consecuencias de las condiciones ambientales se reflejaron en la disparidad de los rendimientos finales, y el promedio de 26 quintales refleja un retroceso respecto del año anterior de 1,25 quintales por cada hectárea.