Los investigadores de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) que cruzan desde el año pasado a las islas estudian el impacto de los incendios en el humedal y analizan si el ecosistema fue modificado.
En el caso de los insectos, y en base a datos preliminares, los científicos detectaron la proliferación de una hormiga agresiva que amenaza con reducir la ya diezmada diversidad de los bichos e incluso de algunas aves.
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Guillermo Montero, a cargo del grupo de artrópodos de la Plataforma de Estudios Ambientales de la UNR, adelantó algunas de las observaciones que llaman la atención al equipo y que están vinculadas a la pérdida de riqueza sobre la superficie del suelo.
En el muestreo realizado con trampas en la Isla de los Mástiles, frente a Granadero Baigorria, capturaron 5.436 individuos de 117 especies diferentes. Pero la gran mayoría, 4.559 de de esos ejemplares (84%), estaban en la zona quemada. Y ese universo estaba copado por hormigas argentinas de fuego (Solenopsis saevissima).
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Se trata de una especie dominante que alcanzó el 74% de abundancia del ambiente y una media de 169 individuos por trampa. Es una plaga frecuente en áreas perturbadas (incendios, inundaciones, sequías) y forman "supercolonias".
"Aumentó la cantidad de artrópodos epigeos en el sitio quemado producto de la presencia de la hormiga argentina de fuego, pero se modificaron las especies presentes y disminuyó significativamente la diversidad”, señala el preinforme del grupo formado también por Ana Paula Carrizo y Clara Mitchell.
Aprovecha zonas incendiadas y sobrevive a inundaciones
Montero reconoció que esperaba ver menos diversidad en la isla analizada por los incendios y por la sequía pero le llamó la atención la cantidad de hormigas de fuego: “Es una especie nativa (no exótica) que tiene las características de ser invasora y que se expande en algunas regiones".
Sobre un posible efecto en el humedal, precisó: "Puede atacar o competir con las otras nativas, incluso las que no están en las zonas quemadas pero que corren riesgo”.
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El ingeniero agrónomo y especialista en agroecología explicó que esa hormiga no solo aprovecha las zonas incendiadas, también sobrevive a inundaciones. "Tiene una habilidad asombrosa: cuando sus colonias son destruidas por el agua, forman balsas con sus propios cuerpos y así flotan hasta alcanzar tierra firme", señaló. Un bicho que puede hacer del cambio climático y sus fenómenos extremos una oportunidad.
Montero contó, además, una preocupación adicional: temen que las hormigas extiendan su conquista. No solo por el riesgo de perder diversidad, también porque son capaces de afectar a las aves.