El impacto del COVID-19 en las mujeres embarazadas no hacía incluir a este grupo entre los de mayor riesgo frente a la enfermedad durante la primera ola de la pandemia. Sin embargo, durante el segundo año del avance del SARS-CoV-2 en el mundo, ya sea durante el embarazo o el postparto, muchas de las mujeres que se infectan sufren cuadros graves de la enfermedad. Y un porcentaje muere.
En Brasil, más de 1.600 mujeres embarazadas o postparto han sucumbido a la enfermedad respiratoria desde el inicio de la pandemia, según el Observatorio Obstétrico Brasileño.
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En general, las muertes maternas en Brasil promediaron 10 por semana en el país durante 2020, según un análisis del observatorio. Este año ese número se cuadriplicó a más de 40, ya que la mortalidad en la población general se duplicó.
En el caso de las mujeres embarazadas, los expertos culpan a:
- la combinación de un sistema de salud tenso,
- una prestación de servicios inadecuada y desigual,
- la falta de experiencia en el tratamiento de tales pacientes
- y la circulación de una variante más contagiosa del virus.
La doctora Lílian Cristina Moreira es pediatra de Río de Janeiro y sostuvo que la investigación mostró que alrededor de la mitad de las mujeres embarazadas en ciertos estados brasileños que murieron por coronavirus no tenían acceso a una unidad de cuidados intensivos o intubación.
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Los especialistas hicieron hincapié en que el embarazo inhibe el sistema inmunológico de la mujer, dejándola más vulnerable a enfermedades infecciosas, mientras que la presión sobre los órganos abdominales y el diafragma puede restringir la respiración. Junto con una mayor inflamación, el cuerpo está sometido a estrés.
Aunque se cree que la infección congénita por COVID-19 es poco común, las madres sin síntomas pueden transmitir el virus a los recién nacidos. Más de 600 niños en Brasil menores de un año perdieron la vida a causa de la enfermedad durante la pandemia, según datos del gobierno.
Muchos profesionales de la salud citan como factor un fracaso de la política de salud pública del gobierno brasileño. Los críticos lo acusan de una actitud laxa, incluso negligente, ante la pandemia que contribuyó a su propagación.
El ministro de Salud de Brasil, Marcelo Queiroga, anunció la semana pasada la reanudación de la vacunación para las mujeres embarazadas y las nuevas madres sin comorbilidades. Cabe destacar que las inoculaciones en ese grupo habían sido restringidas a personas con afecciones subyacentes en mayo, luego de la muerte de una mujer embarazada de 35 años que recibió la inyección de AstraZeneca.
Fuente: Infobae