La denuncia de una joven de 22 años de Rincón contra dos entrenadores de la localidad, desató una gran conmoción y que otros jóvenes se animen a hablar. La organización Pañuelos Amarillos, que integran víctimas y familiares de víctimas de abuso, acompañó los diversos casos.
La mamá de la primera denunciante explicó que los abusos ocurrieron cuando su hija tenía 11 años hasta sus 15. El paso lo dieron el 19 de julio, hace una semana. "La verdad que todo el pueblo nos acompañó, a cada víctima que se animó a denunciar. A raíz de la denuncia que hace mi hija se hicieron muchas denuncias más y van a aparecer muchas más".
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Además del hecho concreto, el golpe fue más grande porque muchas familias confiaron en la pareja. "Les confiábamos nuestros hijos a estas personas, jamás tuvimos alguna duda".
Los casos son similares. Todos creyeron en este hombre de 42 años y su mujer de 30, entrenadores de triatlón. "Ellos aprovechaban viajes y momentos de entrenamientos, los reunían en distintos horarios del día para entrenar".
"Acá en Rincón hubo varios casos, eso empezó a refrescar la memoria de mi hija. Mi sobrino, el primo de ella, empezó a entrenar con él este verano en el rio, y esto fue lo que le desató el miedo de que le pase a su familiar de siete años lo mismo que ella".
Pero la entrevistada no se detuvo ahí. "Son enfermos. Hay más personas que fueron cómplices y ahora están en libertad. No vamos a parar hasta que todo los que sean culpables estén presos".
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Por último, replicó que su hija "está bien y fuerte. La mochila que sintió durante años, se va alivianando, no está sola. Muchos chicos pasaron por lo mismo, se encontraron ahora. Comparten el mismo idioma, la carga es más liviana para llevar. Quiero decir a víctimas que se animen y hablen. Se tienen que pudrir en la cárcel por lo que han hecho".
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