La medallista olímpica Georgina Bardach habló en el programa Milenium Sports (FM Milenium 106.7) acerca de la situación del deporte argentino y destacó que “Si no tenemos educación ni salud de primer mundo, tampoco podemos tener un deporte de ese nivel”.
Leer también:
Resultados de los argentinos en la undécima jornada de competencia en Tokio
“La situación del deporte argentino no escapa a la realidad del país, se les exige demasiado a los deportistas. Tuvimos la suerte de tener a la Peque Pareto, a Lucha Aymar o a Leo Messi y nos creemos que somos los mejores, pero estamos muy lejos de serlo”.
“Si no tenemos educación ni salud de primer mundo, tampoco podemos tener un deporte de ese nivel”.
“Hay gente que nunca hizo deporte o que lo ve cada cuatro años y puede opinar lo que sea. Se politizó mucho, incluso el tema de la preparación con la cuarentena y demás. A nivel mundial hubo países con cuarentenas muy estrictas que tampoco pudieron entrenar”.
“Cuando uno es joven no tiene la suficiente madurez para afrontar las cosas. Hay que tomarse los comentarios buenos y malos de la misma manera. Hay mucha presión de parte de los medios que inflan algunos resultados sin entender que la realidad del deporte argentino es la que se ve ahora. No es un tema de gestión de turno, viene de hace muchos años”.
“Como se entrena en lo físico, hay que entrenar lo mental. Para ir a un Juego Olímpico hay que entrenar muchísimo ambas cosas. Las Redes Sociales tienen su parte buena y mala. Los atletas, sobre todo los amateurs, tuvieron los beneficios de hacerse conocidos. Esto antes con los medios tradicionales era muy difícil. Lo malo es que detrás de una pantalla se puede opinar cualquier cosa”.
Sobre su carrera como deportista
“Siempre nadé porque me gustaba. Era hacer algo que me hacía feliz y todo lo que vino a partir de eso, ya estaba de más”, dijo.
“Después del bronce en Atenas, los de Beijing fueron mis peores Juegos Olímpicos. Yo sabía que en Atenas tenía grandes chances, los tiempos me ponían en una buena posición. Lo mismo me pasó en Beijing, llegué después de un año con muchos problemas personales. Sabía que tenía que enfrentar esa presión, sacarme la mochila. Viendo para atrás, a lo mejor no hacía falta. Tenía que haber dejado de nadar en 2007. Pero con el diario del lunes es más fácil”.