A pocos días de haberse cumplido el 500 aniversario de la caída del imperio Azteca y su centro Tenochtitlan en lo que actualmente es México, las declaraciones del presidente del país, Andrés Manuel López Obrador, hicieron ruido por su intento de revisionismo anacrónico.
El mandatario expresó que fue un día de funeral y que es momento de refrendar el compromiso en contra de la opresión, haciendo referencia a la invasión y ocupación militar de América por parte de España. "El enfoque básico que el presidente de México se olvida o quiere ocultar, es que en realidad es imposible explicar cómo 300 hombres dirigidos por Hernán Cortés, aunque tuviesen armas automáticas, pudieran derrotar un ejército de bravos guerreros aztecas formados por 200 mil hombres. Eso es matemáticamente imposible", apuntó fuertemente Marcelo Gullo, quien es Doctor en Ciencia Política por la Universidad del Salvador y profesor de la Universidad Nacional de Lanús.
La gran pregunta entonces es qué pasó, "y esto tiene gran actualidad política". En lo que se denomina Mesoamérica, espacio que ocupaban los aztecas en el centro del actual territorio mexicano, "había una nación opresora con decenas de naciones oprimidas por los aztecas. A diferencias de otros imperialismo, los aztecas no robaban materias primas, sino a sus seres queridos. A padres, hijos, hermanos, para llevárselos a sus altares, sacrificarlos, y después comérselos. Los aztecas eran un imperialismo antropófago, las evidencias científicas son contundentes", remarcó el entrevistado a Raúl "Bigote" Acosta.
Para Gullo, López Obrador construyó, como la mayoría de la dirigencia mexicana, una falsa historia que no dice que Cortés fue acompañado por una masa indígena de 300 mil hombres que eran oprimidos por los aztecas.
Desarrollo y subdesarrollo
"El agravante es que en realidad, la élite mexicana progresista, usa esto como los magos que entretienen a su público para que no se vea realmente el truco, para que no se vea realmente que la culpa del subdesarrollo de México la tiene la élite política mexicana y el imperialismo norteamericano, para no decir la verdad, para no enfrentarse a Estados Unidos que le robó el 60 por ciento de su territorio", apuntó el también licenciado en Ciencia Política por la Universidad Nacional de Rosario.
"Le digo al presidente de México, humildemente, que es valiente delante del rey de España pero cobarde con cualquier presidente norteamericano. ¿Por qué no les pide que pidan disculpas por robar más de dos millones de kilómetros cuadrados, que no son de desierto solamente?", reflexionó al aire.
Este revisionismo histórico se produce "porque son funcionales al poder mundial. Este siempre ha buscado la fragmentación territorial de los estados periféricas". Para el académico, esto conduce al fundamentalismo indigenista, a rechazar todo lo que vino y crear repúblicas separadas, como la maya, la aymara u otras.
"Eso divide más al territorio de Hispanoamérica. Seremos segmentos anónimos del mercado mundial, por lo tanto más débiles frente al gran poder del capital financiero internacional", dijo por último.
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