La flexibilización a las exportaciones de carne anunciada por el flamante ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca fue "tan solo un paso para atender a algunos de los reclamos vinculados con la actividad agropecuaria", afirmaron desde la Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe (CARSFE). El sinsabor se debe, en rigor, a que la liberación de las ventas al exterior se concentró en la denominada “vaca de conserva y de manufactura” con destino a China, mientras no se registraron cambios para el resto de los cortes y cupos.
“Esta es una medida política en virtud de las PASO y las elecciones de noviembre. Para que funcione una economía deben existir políticas de Estado de largo plazo que sean previsibles. Esto más bien fue un enunciado, pero no una resolución, porque las cuestiones de fondo no están corregidas”, afirmó Sara Cardiol, presidenta de CARSFE, quien además recordó que la “liberación” a las exportaciones tienen fecha de caducidad el 31 de diciembre del 2021.
La presidenta de CRASFE admitió que el mercado de la carne se maneja por la ley de la oferta y la demanda, por lo que vinculó el aumento del precio en la góndola a consecuencia del alto índice inflacionario: “Hasta que no se ataque la causa del aumento no vamos a solucionar nada”, dijo al aire de Cadena OH!.
Asimismo, aseguró que el productor es el único que no fija precios y solo se limita a la entrega del animal para ser faenado, por lo que, la suba del valor de la carne, “debería ser analizado por el resto de los escalones de la cadena productiva. Al productor solo le pagan lo que está dispuesto a abonar la demanda”.
“Al menos en la provincia, no se ha visto que el precio de la carne baje para el consumidor, se mantuvo o aumentó, lo que quiere decir que la restricción no estuvo acompañada de los resultados esperados. No solo no bajaron los precios, sino que el productor perdió porque tenía animales para la venta y no los pudo vender o los malvendió”, agregó.
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